Mitos y verdades sobre la cría vacuna

El veterinario Carlos Acuña explicó cuáles son las principales tradiciones o mitos que tiene la cría. Además, brindó detalles de cómo se debe proceder ante estas consultas.

Mitos y verdades sobre la cría vacuna
26deMayode2020a las12:01

La cría vacuna es un trabajo que lleva generaciones en el campo argentino y ha ido cosechando costumbres, tradiciones y mitos. El veterinario y asesor Carlos Acuña es egresado de la Universidad de Buenos Aires y decidió explicar algunos mitos que tiene la cría.

Ver también: Claves para anticiparse al invierno y realizar un correcto manejo de los rodeos

Para Acuña existen 6 grandes mitos que tiene hoy la cría y através de su experiencia y datos académicos, explicó y argumentó cada uno. Ante la falta de efectividad de la preñez surgen algunas causales que en este caso son desmentidas por el veterinario. 

"Falan toros"

Acuña señaló que cuando se inicia el tacto para evaluar la preñez, es lógico que las primeras vacas salgan “vacías”. En este momento es cuando este mito empieza a surgir entre los presentes. Según Acuña un rodeo bien alimentado, con sanidad controlada y cíclico no hay antecedentes de una baja en la tasa de preñez por falta de toro. 

“Siempre ante un resultado adverso la principal causa ha sido la escasa alimentación por una extrema sequía o problemas sanitarios por la presencia de enfermedades venéreas”, argumentó el veterinario. Además, agregó que sus registros reflejan que con el 2 % de toros, la preñez obtenida ha sido excelente. “Considero este mito derribado”, sostuvo el veterinario.

"En establecimientos con potreros extensos hay que usar más toros"

Otro mito que suele escucharse en los establecimientos que el número de toros debe ser proporcional a la extensión del rodeo.  “Debemos partir del conocimiento del Grupo Sexualmente Activo (GSA) que se forma con las vacas en celo y aquellas que están en proestro que es la etapa previa al celo”, explicó el profesional.

En este sentido, señaló que la vaca en proestro es la “activa”, es la que monta y la vaca que está en celo es la “pasiva”, la que se deja montar. Esta actividad de monta entre vacas estimula al toro quien mediante su visión detecta a este grupo y se dirige hacia él, permaneciendo el 90 % de su tiempo dentro del GSA.