Falta mano de obra en la fruticultura, un sector que ocupa más de 50.000 trabajadores
Un artículo del INTA Alto Valle describe la crisis de mano de obra que impacta sobre la fruticultura en la pospandemia.
La falta de mano de obra para determinadas tareas del campo se agravó en la coyuntura del Covid-19: "La pandemia ha evidenciado el papel crucial de los trabajadores temporeros", destaca un artículo divulgado por la Estación Experimental Alto Valle del INTA.
La fruticultura de pepita en la Norpatagonia se desarrolla en 38.456 hectáreas con algo menos de 1.800 productores y ocupa más de 50.000 trabajadores, de los cuales, un 15-20% son estacionales y provienen mayormente de otras provincias.
En este sentido, advierten que "se deberán gestionar soluciones alternativas que puedan reemplazar dicha mano de obra, ya sea con incentivos a trabajadores locales o bien, promoviendo tecnologías para su reemplazo".
Estos eventos disruptivos no hacen más que acelerar tendencias que se vienen observando desde hace varios años: "Precipitan la oportunidad para incorporar ayudas mecánicas y otras herramientas de modernización de la producción", destacan desde el INTA. Ante esta situación, destacan que es necesario dar una rápida respuesta, orientando líneas de financiamiento adecuadas y capacitando al personal.
Común a toda la fruticultura mundial
El artículo publicado en el suplemento Pulso del Diario Río Negro agrega que el aumento de la productividad y la creciente necesidad de disminución de costos, es común a toda la fruticultura mundial. La mayor eficiencia, estandarización y calidad del producto lograda con las ayudas mecánicas, es consecuencia directa de las mejores condiciones de trabajo de los operarios y su organización para realizar las tareas.