Enfermedades en trigo: recomendaciones para no perder rendimiento y competitividad
La campaña final se enfrenta cada año a un nuevo desafío que genera preocupación entre los productores. Por este motivo es importante realizar un correcto manejo.
El trigo lleva gran parte de su superficie implantada y cada año, los productores muestran preocupación por las enfermedades. En esta oportunidad, desde Aapresid brindan recomendaciones para realizar un correcto manejo y no perder rendimiento y competitividad
La expresión de una enfermedad depende de una serie de características, en este caso podemos destacar la constitución genética del huésped y del patógeno, y de los factores del sistema biológico involucrado.
Desde Aapresid explicaron que para que una enfermedad se genere y evolucione, deberán confluir: un huésped susceptible, el patógeno virulento y un ambiente favorable. Por otra parte, la magnitud de la enfermedad estará dada por el nivel de convergencia de los factores anteriormente mencionados.
“La elección de los genotipos y su susceptibilidad, la utilización de semillas sanas, el tratamiento de dicha semilla, la nutrición del cultivo, la elección de los tratamientos preventivos o curativos, entre otros aspectos, resultan claves a la hora de pensar un éxito sanitario en el desarrollo del cultivo”, señalaron desde Aapresid.
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El informe destaca la importancia de generar un ambiente desfavorable para que se desarrolle la enfermedad y al mismo tiempo, utilizar materiales que se comporten bien ante esas adversidades.
“Implementar un manejo racional de las enfermedades resulta una necesidad creciente y plantea un nuevo desafío a la empresa agropecuaria (Carmona et al., 2014). Esto es por la mayor incidencia con que las enfermedades se han presentado en los últimos años, el fuerte impacto que tienen sobre los rendimientos y la dificultad de establecer estrategias de control oportunas y efectivas”, explica el informe de Aapresid.
Por otra parte, el ingeniero agrónomo Marcelo Carmona, explica en un trabajo que la aparición de cultivares con mayor potencial de rendimiento, pero más susceptibles, ha ocasionado un cambio en el panorama de enfermedades, determinando que ciertos patógenos que se consideraban poco importantes u ocasionales, se constituyan como un problema grave, mientras que otros que ya representaban un problema, han encontrado una nueva oportunidad de crecimiento.
