Huevos pastoriles: dejó la facultad en la ciudad y apostó todo a un exitoso sistema en el campo
Maca Etcheberry, una incipiente productora, vislumbró junto a su hermano Pablo el negocio que comenzó a repuntar hace unos años en la Argentina
|"Hoy no me imagino dedicándome a otra cosa que no sea el campo, acá encontré un lugar”, sintetiza, feliz.
A principios de 2020, Maca Etcheberry, de 27 años, jamás se imaginó trabajando y produciendo en el campo. La vida de la ciudad la atrapó desde muy pequeña, a diferencia de su familia, que tiene una historia ligada con la producción agrícola en Pellegrini, en la provincia de Buenos Aires. Pero el desafío que le propuso su hermano Pablo para poder emprender e iniciarse como productora la impulsó a dejarlo todo y trasladarse permanentemente a la estancia familiar. Hoy está a cargo de una novedosa iniciativa de huevos pastoriles y provee los productos a otros emprendimientos gastronómicos.
“Yo no sabía diferenciar un gallo de una gallina. Lo mío era el arte y no me interesaba el campo. Ahora no me imagino trabajando en otra cosa que no sea esto”, relata la joven, que abandonó la carrera de arte dramático en la Universidad del Salvador para volcar su energía en una granja que comenzó con Pablo, un experto en el sistema de pastoreo. “Tener a mi hermano fue fundamental. Él, al principio, tenía miedo de hacer la inversión y yo tenía miedo de a los dos meses cansarme. Empezamos a invertir y la construcción del gallinero movible fue un envión tremendo. Para mí fue un voto de confianza, a partir de ahí arrancamos con otro aire”, expresa. Su hermano es Pablo Etcheberry, fundador de Pens Agro.
El sistema de huevo pastoril implica que las pollitas tengan que pasar un periodo de adaptación y crecimiento hasta que son trasladadas a un módulo techado en el medio del campo, donde se alimentan y pueden moverse con total libertad. El proceso de emprender no era fácil. Sin embargo, Maca sabía que el impulso de venir de una familia en la que todos se dedican a la agricultura podía empujarla. “Este campo fue de mi bisabuelo. Después pasó a mi abuelo y ahora a mi mamá. Somos seis hermanos. A ellos siempre les gustó, pero yo me fui a estudiar artes y después volví a Pellegrini a poner un taller”, relata.
Producción de huevos: iniciativa novedosa
Su hermano, que siempre está en la búsqueda de nuevas formas de producción, le propuso desarrollar este sistema de huevo pastoril, que se utiliza en varias partes del mundo porque beneficia los suelos, pero que no está tan explotado en la Argentina. “Hicimos una sociedad en la que pusimos el 50 y 50. Si perdía uno, perdíamos ambos. La idea empezó en julio del año pasado: construimos el gallinero que tiene una red eléctrica de 1,50 metros para evitar”, cuenta.