Pistacho argentino: la familia que trajo semillas de Irán y ahora es referente de la región

En San Juan se inició el camino de este cultivo en nuestro país; un fruto seco que cautiva como snack y que gana lugar en la gastronomía

Pistacho argentino: la familia que trajo semillas de Irán y ahora es referente de la región
07deAbrilde2022a las09:16

Una cáscara particular, levemente abierta, permite descubrir un fruto seco de color verde llamativo. En el pistacho e encuentran vitaminas A, D, B6, B12, hierro, magnesio y calcio. Un snack único, un sabor inigualable. Una opción que gana lugar como producto argentino.

Originario de la amplia región que marcan el Mar Negro y el Caspio, tuvo en la revolución iraní el desembarco en nuestro país.

Los pioneros del pistacho

En la ciudad de San Juan, frente a una nave industrial que se está terminando de acomodar, nos reciben Marcelo, Soledad y Maximiliano Ighani, un padre orgulloso con sus dos hijos, que saben mucho de la aventura de emprender en Argentina.

A partir de un viaje de capacitación organizado por el Círculo Argentino de Periodistas Agrarios (CAPA), con el apoyo del Ministerio de Agricultura de la Nación y de la Producción de esa provincia, conocimos la historia de esta familia de origen iraní remonta su vínculo con estas tierras a la década del ´70.

Fueron cuatro hermanos los que llegaron desde Irán para estudiar en la Argentina, en 1969. Marcelo había elegido la arquitectura y el resto distintas ingenierías. La intención era trabajar unos años y volver, pero en 1979 comenzaron los movimientos que terminaron derrocando al sha Mohammad Reza Pahleví, instaurando la república islámica que sigue vigente. Fue así que los Ighani, que tenían buena posición en ese país, debieron huir y definieron radicarse aquí.

“Mi abuelo llegó en el año 1980, mientras mi papá estaba terminando de estudiar. El se hizo bodeguero y con el vino de mesa no acertaban en los negocios. Pero el clima de San Juan era el mismo que el de Irán, donde ellos vivían en un valle precordillerano se producía pistacho y fue así que decidieron hacerse mandar unas semillas crudas y probar el cultivo”. 

Maximiliano cuenta que con la germinación lograron 200 plantas productivas que a principios de los años ´90 comenzaron a dar muy buenos frutos.

Marcelo seguía trabajando con el vino y también en su empresa constructora, pero necesitaba un inversor para hacer crecer el negocio.

En ese momento viajaron a California, donde se produce mucho y muy buen pistacho, trajeron nuevas semillas y se vincularon con la Universidad de Fresno para mejorar el conocimiento y desarrollo.