Encontró la forma de ponerle un "segundo piso" al campo y ofrece un retorno del 15% en dólares: ya se sumaron 30 empresas de agro
Cómo funcionan los ecobosques ganaderos, el sueño de la carne carbono neutro en Argentina
Hace 10 años que Mayco Mansilla trabaja en temas de sustentabilidad e innovación. Su profesión de agrónomo lo llevó a interesarse por temas “fuera de la caja” y luego de realizar un Máster en Negocios Agroalimentarios, del cual se recibió con un proyecto de ecobosques ganaderos, continuó profundizando en Bioeconomía y Agtech, ya que considera que hay “un universo de oportunidades por explorar”.
Hasta hace un mes, se desempeñaba como gerente técnico en Valor Agregado en Origen en Aapresid y actualmente es gerente de Innventure, un fondo de inversión agtech surgido en la institución y director de Ecobosques Ganaderos, un proyecto donde participan más de 30 empresas del agro para llevar adelante módulos de integración foresto-ganadera con cero huella de carbono en el norte de la provincia de Santa Fe.
Ecobosques ganaderos: un microclima para captura de carbono
“Desde el punto de vista productivo, combinar la ganadería con la forestación es como poner un segundo piso al campo”, así lo explica Mansilla y detalla que este sistema es super eficiente en la captación energía solar, tanto por los árboles como por la pastura.
Con un buen diseño se genera un microclima que aporta bienestar a los animales y a la vez eso produce que la ganancia de peso sea mucho mayor, porque tienen menos requerimientos. “La vaca en el norte santafesino consume mucha energía para poder disipar el calor, porque son animales acostumbrados a climas fríos. Al poder generar ese microclima tenemos sistemas super eficientes. La agricultura en el mejor de los casos puede captar media tonelada de dióxido de carbono por hectárea por año y acá hablamos de casi 40 toneladas”, explicó el ingeniero.
¿Cómo se combina la ganadería con la forestación?
Mansilla explicó que una forestación pura tiene mil árboles por hectárea. En este caso, se hace una plantación de árboles en hilera, combinando con callejones de pasturas: “Por hectárea tenemos 400 árboles. Entonces en el mismo campo estamos produciendo carne y madera”.
Este sistema se puede aplicar en cualquier campo, solo se requiere lluvia: “Estamos trabajando con eucaliptos por una cuestión que es la especie más rápida. El eucalipto en 9 años lo podés cortar, mientras que el algarrobo lleva casi el doble”, detalló el ingeniero.
El ingeniero aclaró que son árboles mejorados genéticamente: “Mucha gente te dice que ´debajo del eucalipto no crece el pasto ́. Nosotros trabajamos con árboles distintos a los que se ven normalmente. Son todos parejos, rectos y cilíndricos y se le hace mucha poda. Es una especie australiana, muy resistente al estrés hídrico, pero cuando la combinás con pasturas, ahí es cuando necesitás agua. En el centro norte de Santa Fe llueve entre 1000 y 1200 mm anuales que es una lluvia justa. Del lado de Entre Ríos tenemos más lluvias pero tenemos suelos más pesados. Por eso elegimos esa zona, porque reúne las condiciones de lluvia, suelo, mercado, de contar con servicios”.