“Leche no va a faltar”: la industria aseguró que la sequía no es un problema para el mercado interno
El titular del Centro de la Industria Lechera, Ercole Felippa, se refirió al impacto de la falta de lluvia; además, habló de la relación del sector con las medidas económicas y la política

El sector lácteo cerró diciembre con una producción de leche cruda de 1.030,2 millones de litros de leche. Esto significó un 1,5 por ciento menos que en noviembre y llegó a un total de 11.557.419.002 litros de leche.
Leche y sequía
El impacto de la sequía y de otras variables hizo que la producción no trepe más que el 0,04 % respecto a 2021. El crecimiento estuvo muy lejos de lo que se creía en el otoño.
El titular del Centro de la Industria Lechera (CIL), Ercole Felippa, habló con Agrofy News del impacto de este fenómeno que lleva tres años: “Leche, en el mercado interno, no va a faltar”. Además, explicó que no hay posibilidades porque el mercado interno consume el 75 % de la producción.
“Tendría que ocurrir una debacle climática mayor y los pronósticos nos alejan de eso”, aseguró. En este sentido, aclaró que los datos históricos arrojaron que, muy pocas veces, tanto el aumento como la caída en la producción superó el diez por ciento.
El titular del CIL repasó las variables del sector productivo, la economía y la política. Además, analizó el cierre de un año que terminó empatado.
De acuerdo a los datos que recopila el Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA), el sector creció un 7,4 % en 2020 y un 4 % en 2021. El sostenimiento de los números es consecuencia del esfuerzo de los privados, de tambos e industrias que apuestan a la genética, la tecnología, la búsqueda de nuevos negocios, cada día enfrentando las condiciones adversas que van más allá del clima, como la política y su ligazón con la economía.
“Si bien las crisis en nuestra actividad son sistémicas, el cierre de 2022, prácticamente es una tormenta perfecta, o las siete plagas de Egipto que se abaten sobre nuestra actividad”, así comenzó su descripción sobre el sector, el dirigente empresarial.
“Principalmente, es la cuestión climática, con el tercer año consecutivo de sequía, lo que hace que nuestra actividad lo esté padeciendo de una manera muy importante. Para mí los dos principales eslabones de la cadena, la producción primaria y la industria, sufren los desequilibrios macroeconómicos. Este proceso inflacionario, que ya lleva mucho tiempo en Argentina, lamentablemente no tiene un abordaje de los causantes de la inflación, sino sobre la consecuencia que son los precios”, agregó.
Felippa se refirió a las medidas de restricción en cuanto al ajuste de valores en los productos, que deben ceñirse por debajo de la inflación, a pesar de costos que no cesan en su crecimiento. “A eso tenemos que agregarle que hace tiempo se rompió la relación de litros de leche cruda con dos principales insumos para la alimentación, de la soja y el maíz, no solo como alimento, sino como referencia de los valores de los alquileres, que en soja es uno a uno y en maíz dos a uno, hace varios meses que la relación no existe”, sostuvo el empresario.
Ver también: Cómo inscribirse a las compensaciones para el tambo y recibir hasta $ 600.000 al mes
Además, destacó que como si fuera poco, la implementación del dólar soja I y II, tuvo una consecuencia muy negativa en la cadena. Aumentó el alimento para los animales de manera excesiva, con un punto de inflexión en la suba de precio en los granos a partir de la primavera y la medida recaudatoria que en dos oportunidades aplicó el Gobierno.
“Es cierto que el Gobierno tomó una serie de medidas para tratar de acompañar ese desfasaje. No digo que no sirvan, porque siempre en algo ayudan, pero no son para todos los tambos”, explicó. En este sentido, detalló que cubrirá a casi el 80 % de los tambos, pero en términos de leche es un porcentaje menor que no llega más allá del 35 por ciento.
Felippa es productor, pero también titular de la cooperativa Manfrey. Conoce la realidad sectorial desde todos sus costados. “Todas medidas que son parches sobre parches, que terminan quitándole previsibilidad a una actividad que es muy sensible a todos estos cambios”, apuntó.
El titular de Manfrey especificó que el grueso de la producción, cerca del 75 % del total de la leche, se vende en el mercado interno. “Con todas estas distorsiones de las que estamos hablando tiene una erosión muy importante y afecta mucho más a los sectores de menos ingresos, con lo cual se afecta a la demanda”, aclaró a este medio.
Un mercado interno debilitado, con un valor de la moneda cada día menor, hace que los consumidores perforen los pisos de la demanda en términos de productos. Cada vez más baratos y, en volumen, cada día más pequeños.
Felippa agregó que como los precios de exportación cayeron, si bien en la serie histórica no son los más bajos, hace que exportar sea por excedente y como un negocio marginal. La leche en polvo arrancó el año sosteniéndose en los 3200 dólares por tonelada, pero muy lejos de valores interesantes, mucho más allá de la demanda entre los mercados más activos.
“Hay una combinación de factores que atentan contra nuestra actividad y que probablemente este sea un año con menos leche, que va a agravar la competencia por menor cantidad de litros. Al productor le va mejor cuando le va bien a la industria, no le puede ir bien a un eslabón y al otro no”, apuntó.
En este punto, el productor y empresario sostuvo que se debe tener una agenda de temas que permitan estabilizar a la cadena, para que realmente entre producción e industria siga habiendo un negocio que sea atractivo y rentable. “Permita una mayor producción”, apuntó.
Cierre de exportaciones
Argentina está dentro de los principales países lecheros por su capacidad de producción de materia prima y de industrialización. Sin embargo, año tras año se va desvaneciendo por la pérdida de oportunidades, por las trabas políticas y económicas para sostener compromisos y, sobre todo, por el desconocimiento de la actividad por parte de quienes toman las decisiones fundamentales.
Siempre rodea al sector lechero. Es como la luz mala en el campo, la pésima idea de adoptar al cierre de exportaciones para equilibrar el mercado. Nada más lejos que eso, una definición de ese estilo y de inmediato lo que hace es destruir a quienes se los castiga con eso, claro ejemplo de ello y en repetidas oportunidades lo dio la carne.
“Es difícil anticiparlo, pero son herramientas de políticas económicas que el Gobierno tiene y de hecho las usa. En un contexto donde el país necesita imperiosamente obtener divisas genuinas, que sólo provienen de las exportaciones, porque Argentina ya no tiene más margen para endeudarse. Hoy, ese tipo de medidas, serían un retraso no solamente para el sector, sino para el país, donde venimos perdiendo participación en muchas actividades, a pesar de tener ventajas comparativas intrínsecas”, comentó.
Felippa fue muy concreto. “Sería una medida catastrófica para la lechería el cierre de las exportaciones, porque hoy lo que produce Argentina, por más que caiga la producción, alcanza y sobra para abastecer al mercado interno”, explicó.
Sobre la sequía, comentó: “Escucho algunas voces que dicen que va a faltar leche, pero no hay ninguna chance que eso exista, porque el mercado interno consume el 75 por ciento de la producción, tendría que ocurrir una debacle climática mayor y los pronósticos nos alejan de eso”.
Valiéndose de los datos históricos, Felippa detalló que, muy pocas veces, tanto el aumento como la caída en la producción superó el diez por ciento. “Plantear que no va a haber leche mete ruidos innecesarios en la gente que tiene que tomar decisiones”, señaló. Por más sequía y complicaciones políticas, el mensaje es directo: “Leche, en el mercado interno, no va a faltar”.
La lechería no descansa, no puede nunca enfocarse de lleno a la producción y a la industrialización, porque siempre se presentan condiciones externas a atender.
Según el titular del CIL, “hay sectores del Gobierno que son permeables a escuchar y tener una agenda de temas en común. En un año electoral es más difícil, con lo cual siempre es complicado plantear temas a largo plazo. Sin embargo, por el contexto que tenemos, que es muy complejo, tenemos que plantear las dos agendas, una con temas coyunturales y otra con temas estructurales. En esta se viene trabajando desde Funpel y OCLA, hay puntos definidos que hacen al futuro de la actividad”.
Para el titular de la CIL, en el día a día, el sector debe trabajar en cuanto a los derechos de exportación, en neutralizar o disminuir los efectos negativos de esta sequía. De esta manera, se podrá asistir a la producción para la compra de alimento para el ganado con plazos y subsidios de tasa.
Sobre el Programa Impulso Tambero, que aporta recursos, el sector destacó que hay demoras en la web de la AFIP. El titular de la CIL comentó que también se sumó la traba habitual de este Gobierno, quien tiene granos en el campo no puede acceder a nada.
“Siempre me opuse a los distintos tipos de subsidios, en diferentes actividades económicas, pero en estas condiciones creo que no queda otra alternativa, no hay otra salida”, aseguró. El dirigente entiende que debe haber una mirada más abarcativa y realista.
“Si lográramos un 2023 con un total de producción similar al de 2022, ya sería un triunfo. Esos son los temas que deberíamos hablar con el Gobierno y que lo venimos planteando”, explicó.
Precios justos
Un punto clave, históricamente, en la lechería es el vínculo del sector primario con la industria a través del pago de la materia prima. Sin tiempo para debatir el estancado tema por el pago por calidad, cabe recorrer valores de la leche cruda, sobre todo para los próximos meses.
“Si nosotros analizamos el comportamiento de la materia prima, en el año cerrado, prácticamente estuvo acompañando a la inflación, pero hubo meses que estuvo por debajo, entonces debemos tener en cuenta el factor de la estacionalidad. En los meses de baja producción, los precios van a estar por arriba de la inflación y eso no va a ser consecuencia lógica del comportamiento del mercado, que debería ser el principal motivo”, comentó Felippa.
“Al haber una menor disponibilidad de leche cruda subirá el valor y seguramente la tendencia cambiaría hacia la primavera próxima, siempre vinculado a la estacionalidad”, manifestó. También agregó que habrá días en los que el salto del valor por litro llegaría a más de cuatro pesos, superando los 70 pesos para el productor y con una competencia por el suministro que hace que las cifras trepen a gran ritmo.
En estas condiciones, más precio no es un indicio optimista como debería serlo. Indica que la suma de variables revuelve al sector, e inquieta los ánimos, en un país que no da tregua.