Es horticultor, aprendió a caminar entre “los surcos de papa” y sufre la fuerte sequía: “No llegamos ni a la mitad de la producción”

La falta de agua golpeó fuerte a los pequeños productores del cinturón hortícola de Rosario

Es horticultor, aprendió a caminar entre “los surcos de papa” y sufre la fuerte sequía: “No llegamos ni a la mitad de la producción”
13deFebrerode2023a las12:08

Fernando Cesaretti es productor hortícola de nacimiento y su pasión por la actividad se le nota cuando habla: “Mi abuelo vino de Italia en el año 1913 y yo aprendí a caminar entre los surcos de la papa”, expresó en entrevista con Agrofy News. 

Su dedicación por este cultivo es más fuerte que la sequía y por eso no baja los brazos. “No llegamos ni a la mitad de la producción”, contó en relación con los rendimientos por la falta de agua.

Ya de adolescente comenzó a trabajar con su padre en distintos campos de Santa Fe, luego se mudó a Necochea, hizo una prueba fallida en La Pampa y luego regresó a General Lagos, en el cinturón hortícola de Rosario, donde trabaja hace unos años como productor de papa, en un campo situado a orillas del río Paraná, en una franja de 10 kilómetros.  

“Si bien hace un tiempo tenía un abanico un poco más amplio en hortalizas, como lechuga, choclo, zapallitos, calabazas, nos fuimos concentrando más en la papa. También hacemos algo de cultivos extensivos, abrimos el juego para no estar abocados solo a un cultivo”, detalló Fernando, quien trabaja el campo junto a su hijo.  

Sequía, un año para el olvido

La cosecha de papa es semestral, a diferencia de Mar del Plata que es una al año y el promedio de producción de un año normal es entre 30 y 35 toneladas. La sequía que viene azotando la zona hace tres años, tuvo su punto cúlmine en 2022, con un fuerte impacto en la horticultura: “No recuerdo una sequía como esta. Las que había duraban 4 o 6 meses. Perdías una sola campaña. Hacías papa de verano y no de invierno. Veníamos con perfiles de suelo muy deteriorados y el año pasado fue un desastre”. 

Y agregó: “En todo el año no llegamos a marcar 300 mm, cuando tenemos que estar arriba de los 900 mm. Sacamos entre 12 y 14 toneladas y dimos 13 vueltas de riego, cuando generalmente son 4”, contó el productor.

El riego en esta zona es complementario, a diferencia de la provincia de Córdoba donde los regímenes de lluvias son menores y el riego es total: “Acá el suelo no tiene estructura para recibir tanta agua en poco tiempo. El riego lo usamos para lograr los rindes en un año que viene lloviendo, pero nunca así”.