Ivana Cavigliasso lidera una agroindustria que ingresa US$ 1000 millones al año: la historia de Maní King y la lucha por un reclamo histórico

La nueva mirada de la empresaria al frente de un cultivo icónico; cómo llevó el negocio familiar a otro nivel

Ivana Cavigliasso lidera una agroindustria que ingresa US$ 1000 millones al año: la historia de Maní King y la lucha por un reclamo histórico
14deJuniode2023a las12:20

“Siempre digo que si me hacen un estudio de ADN debo tener algo de maní en la sangre”, expresó con orgullo Ivana Cavigliasso (43). Desde que tiene uso de razón, se dedica a lo que le apasiona, que no es nada más ni nada menos que producto de un legado que se fue transmitiendo con mucho esfuerzo y convicción. 

Viene de una familia numerosa, son 4 hermanos, y desde pequeña vivió en el campo, a 14 km de General Cabrera, Córdoba. Cursaron la primaria en una escuela rural, mientras su papá, productor agropecuario, sembraba maíz, soja, trigo y algunas hectáreas de maní. hasta que empezó a ver que con ese cultivo se podía hacer algo más: industrializar.

“En 1984 montó una planta muy chica, artesanal. El maní se seleccionaba a mano. El negocio fue creciendo de a poco. Antes se destinaba toda la producción a la industria aceitera y luego empezó a venderse más para el consumo, como maní confitero. En 1995 hicieron una planta más grande, que es donde estamos hoy. Así nació Prodeman”, relató Ivana. 

En ese momento la empresa aún estaba en sociedad con sus tíos y en 2009 decidieron separarse: “Nos quedamos con la llave del negocio y lo llevamos adelante con mi familia. Mi hermano más grande y yo nos ocupamos de la industria, mi hermana más grande se ocupa de la administración, y el más chico, que es agrónomo, se encarga del campo”, detalló. 

Ivana Cavigliasso: una nueva impronta

Si bien la tradición de empresa familiar estuvo presente desde el inicio, hay cosas que se fueron modificando con la impronta de las nuevas generaciones y una de ellas es la importancia de la educación: “Mi papá siempre nos pidió que estudiáramos porque él no pudo, tuvo que trabajar desde los 12 años. Así que todos lo hicimos”.

Su madre no se involucró directamente con el negocio, pero su aporte como ama de casa fue valiosísimo: “Trabajaba a la par de mi papá, había que darle de comer a todos los empleados, hacerse cargo de las tareas domésticas, era agotador”, relató Ivana y contó que ella quiso romper un poco esa lógica: “Somos una familia de descendencia de tanos, donde el hombre tenía una figura muy fuerte, tenía el rol más importante. Yo tuve una lucha conmigo misma de poder hacer otra cosa”. 

De esta forma, se fue a estudiar Ingeniería Industrial a Córdoba Capita. En ese momento era una carrera muy nueva y no se sabía todo el potencial que tenía: “Me recibí y sabía que me iba a volver a trabajar con mi familia. No fue fácil al principio. Llegué a un lugar donde estaba todo organizado, tenía que encontrar mi espacio. En ese momento empiezan a surgir las normas de calidad en las plantas de maní y ahí es donde empecé, desde cero, encontrando mi lugar y hoy mi puesto es Gerente de Calidad e Inocuidad”. 

Ivana es miembro del directorio y tiene otras funciones en la empresa que fue adquiriendo por su pasión y curiosidad: “Fui desarrollándome personal y profesionalmente. Empecé a formarme en aspectos más blandos, coaching, inteligencia emocional. Ahí fue mi despegue. Miro hacia atrás y no puedo creer el cambio que hice. Hace poco estuve en una charla de liderazgo en la Universidad Siglo XXI y me quedó una frase ´somos líderes en constante desarrollo”, nunca podés parar”. 

Ivana se dio cuenta de la importancia de conocer a las personas y sobre todo en empresas de tanta magnitud: “No es fácil llevar esto. En Prodeman hay más de 600 empleados y hay 10 mil habitantes en General Cabrera. Hay que seguir aprendiendo para dar lo mejor”.