Es productor, economista y hasta fue carnicero: desde Pehuajó fundó una startup con robótica para sortear los riesgos del mercado de granos

Busca potenciar la convergencia de dos mundos con raíces profundas en la provincia que lo vio nacer

Es productor, economista y hasta fue carnicero: desde Pehuajó fundó una startup con robótica para sortear los riesgos del mercado de granos
28deDiciembrede2023a las10:01

Con una formación académica en Economía obtenida por la Universidad de La Plata, Gastón Alvarez (53) decidió fundar Bot Agro, una plataforma compuesta por inteligencia digital y robótica para la predicción de precios y cobertura de riesgos, para hacer simple y eficiente el uso de futuros y opciones y tomar decisiones informadas en un escenario agrícola en constante cambio.

"Surgió de la necesidad personal de encontrar una solución eficiente para el seguimiento de los mercados agrícolas. Fusioné los mundos de las finanzas y los sistemas al darme cuenta de la falta de herramientas adecuadas. La autonomía de sistemas de decisión (ROBOTs) combinada con el universo agrícola se convirtió en Bot Agro, representando la convergencia de dos mundos con raíces profundas en la provincia que me vio nacer", comentó.

"Soy un convencido que, así como aplicamos toda la tecnología que exista para producir y hacer mejor las cosas de todos los días, de igual manera la tenemos que utilizar para mejorar nuestro desempeño en las decisiones comerciales", agrega.

Alvarez se especializó en finanzas y dentro de este campo en Finanzas Agropecuarias: "Soy un aprendiz permanente de sistemas y programación. También fui carnicero, claro que esto no suma aquí, pero a mí me resultó curiosamente, muy valioso".

Fue alumno de la escuela rural número 27 de Nueva Plata, y es productor e hijo de productores. gerente de un pool agrícola que opera en la provincia de Buenos Aires y socio de Calcagno Alvarez, una empresa de servicios financieros y contables ubicada en la ciudad de Pehuajó.

En Bot Agro apuntan a que el mercado agrícola argentino se caracteriza por su complejidad, influenciada por diferentes variables contextuales. En primer lugar, factores climáticos, y las condiciones meteorológicas, que ejercen un impacto directo en la producción de cultivos. Además, las fluctuaciones en los precios internacionales de los productos agrícolas, así como las políticas gubernamentales y las regulaciones comerciales, que también añaden una capa adicional de incertidumbre.