Encontró un nuevo uso a los silos bolsa, invirtió US$ 200 y busca inversores para crecer desde una localidad bonaerense
Ryan Walter, de 21 años, pasa a buscar los silo bolsas usados por los campos para darles una nueva vida
El emprendedurismo es un buen aliado de los negocios. Un caso es el de Ryan Walter que a los 12 años, que ya exploraba la mecánica y la electrónica y a los 14 compró un auto en mal estado para convertirlo, con las partes que podían ser reutilizadas, en un Buggy para la playa. Luego lo vendió y así concretó su primera experiencia. A los 19 años, con una inversión inicial de 200 dólares y en el galpón de su abuelo, dio vida a Polielectric, un proyecto centrado en la fabricación de aisladores eléctricos sostenibles para el campo a partir del reciclado de silobolsas, con origen en el sudeste de la provincia de Buenos Aires, en la localidad de Villalonga.
La idea inicial de utilizar tapitas de botella demostró ser funcional pero no escalable ni sostenible a largo plazo. Fue entonces cuando, gracias a la sugerencia de un conocido, Ryan exploró el potencial de las silobolsas como materia prima. A partir de ahí, desarrolló máquinas personalizadas para reciclar plástico de silobolsas y convertirlo en aisladores eléctricos.
“Arranqué con una inversión de 200 dólares. Con ahorros propios y en el taller de mi abuelo. Con pocas herramientas, pero las suficientes”, cuenta Ryan a Agrofy News y agrega que, aunque era todo muy precario, logró automatizarse con “con cilindros neumáticos y resistencias de calefón para luego avanzar y pasar a resistencias industriales y accesorios más específicos para lo que es el rubro de la inyección de plástico y de productos plásticos”.