En pleno monte santiagueño: hace 30 años sus padres iniciaron un establecimiento que hoy da trabajo a 450 familias con un producto de exportación único en el mundo
Son uno de los principales exportadores de miel del país y buscan extender su red de apicultores
La Cooperativa Coopsol nació en 1989 por iniciativa de un grupo de jóvenes de La Banda, Santiago del Estero, que buscaban generar oportunidades de trabajo a campesinos de la zona. Entre ellos estaban los padres de Ana Laura Sayago (30), hoy jefa de Desarrollo y Proyectos de la Cooperativa: “La idea surgió de una fundación social que trabaja en llevar educación a barrios vulnerables. No consistía solo en asistirlos sino querían que las personas sean líderes y creen su propio proyecto”, contó.
Ana Laura siempre tuvo ganas de ayudar, y esa vocación es de familia. Su padre fue quien inició el emprendimiento de la cooperativa y su madre creó el primer jardín de infantes en el barrio más pobre de Santiago del Estero, que hoy en día tiene escuela secundaria: “Siempre me movilizó mucho la desigualdad, por eso estudié Sociología, para entender más a los humanos y ver qué puedo hacer para mejorar. Como mi padre sabía esto, cuando tenía 21 años me invitó a trabajar con él escribiendo proyectos sociales y a partir de ahí nunca frené”, expresó.
Red de productores: economía social
La idea de la cooperativa de producir miel (que ahora se vende bajo la marca Wayra) sin tener ningún tipo de conocimiento más que de agricultura en general, vino por medio de la Cooperación Italiana. Había muchos inmigrantes en la zona y lo veían interesante para el mercado exterior. “Se pensó en ese momento empezar como un modelo de fincas para destino agrícola, diversificando en ganadería, pero al tiempo como se dieron cuenta que había una oportunidad grande de exportación de miel, decidieron ir por ahí y que sea completamente apícola”, explicó la socióloga.
La cooperativa trabaja con un modelo de economía social: con la producción de miel buscan agregar valor a la agricultura campesina. Empezaron con 30 colmenas y hoy tienen entre 3 y 4 mil. Sin embargo, destacan que su fuerte no es la producción propia sino la amplificación: “Pusimos mucho esfuerzo en instalar la apicultura en Santiago del Estero. Hoy somos los primeros en instalar apicultura orgánica en Salta y en Chaco, en el Impenetrable”, contó Sayago.
“Logramos la formación de una red de pequeños productores, muchos campesinos indígenas, que tengan sus propias colmenas con las cuales nos articulamos para su comercialización. Lo que queremos es que haya más miel y apicultores en el territorio, no necesariamente con colmenas propias”, agregó.
Miel orgánica de monte nativo
Coopsol trabaja con 450 familias de Santiago del Estero, Salta y Chaco en la producción de miel orgánica elaborada con flores silvestres. Su marca comercial es Wayra y la miel de flor de atamisqui es su producto estrella: “Las mieles son diferentes en todas las partes del mundo. Nosotros trabajamos en esta ecorregión, un bioma que comparte fauna, flora y cultura. Las flores que las abejas van a visitar son nativas, es decir que no vas a encontrar en otra parte del país”, explicó Ana Laura.