El maní se expande en Buenos Aires y aseguran que "es lo mismo que hacer otro cultivo": hasta preparan una Resolución para regular la producción
La cantidad de hectáreas destinadas al cultivo del maní se mantiene estable, pero se expande la frontera de producción; Europa ahora pide que se analice el manejo y la huella de carbono que genera
En Argentina se implantan unas 400 mil hectáreas de maní al año, sobre todo en Córdoba, en donde está la industria que posicionó al país como el principal exportador a nivel global. Pero el cultivo se expande en otras regiones, como la provincia de Buenos Aires.
La estimación de la Cárama Argentina del Maní (CAM) es que en la campaña actual, que se comenzó a cosechar, se implantaron unas 405.500 hectáreas, lo que implica un incremento del 8,4% en relación al año pasado. En tanto, la proyección de rendimiento es de 3,5 toneladas por hectárea con cáscara (2,5 toneladas grano “limpio”), un 40% más que las 2,5 toneladas (1,7) del ciclo anterior.
Así, la cosecha se ubicaría en torno a 1,4 millones de toneladas totales (1 millón “limpias”), lo que implica un aumento en comparación con las 940.000 (658.000) del año pasado, siempre que los rindes esperados se validen luego del comienzo de la arrancada y trilla.
Bajo este panorama, Argentina podría exportar entre 650.000 y 700.000 toneladas, lo que implica también un incremento de aproximadamente 35% frente a las 507.000 del ejercicio anterior, si los rindes son los esperados.
Maní en Argentina y expansión en Buenos Aires
En el marco del World Peanut Meeting, Claudio Urquiza, presidente de la Fundación Maní Argentino, repasó en diálogo con Agrofy News la actualidad productiva de esta economía regional. En primer lugar, destacó que la expansión en Buenos Aires se da gracias a las variedades de ciclo corto. En tanto, señaló que la cantidad de hectáreas se mantiene estable dado que está cubierto el principal destino de la producción, que es la exportación a Europa. "Para poder expandir se necesita más mercado", destacó.
"Como todo cultivo nuevo encuentra reticencia, pero tiene que ver con cierto desconocimiento que hay sobre el maní", manifestó y resaltó que buscan concientizar sobre las formas de producción: "Es lo mismo que hacer otro cultivo, tenemos 22 años de estudios sobre huella de carbono, cultivos de cobertura y hasta armado de cartas de suelo. Vamos haciendo docencia". De hecho, en Buenos Aires trabajan sobre una resolución provincial sobre la producción de maní.
Además, destacan que al ser una leguminosa aporta nitrógeno al suelo. Cabe señalar también que el maní se hace en rotaciones largas, de cuatro campañas. Es decir, en un lote que se hizo maní no se vuelve a hacer luego de cuatro años. También se combina con cultivos de cobertura para compensar el impacto del "arrancado" de la planta del suelo.
Renata Cantoro, coordinadora de la Fundación Maní Argentino, destacó el programa de sustentabilidad que hay detrás del cultivo, que tomó un impulso importante frente a la demanda de Europa. "Estamos encarando un proyecto para medir huella de carbono y agricultura regenerativa".
"Venimos haciendo varios ensayos pero la demanda pide buenas prácticas. Tenemos interés en eso y los compradores mucho más, es una sinergía", destacó en diálogo con Agrofy News. De igual manera, en Argentina los productores ya aplican muchas de las prácticas regenerativas, como siembra directo y cultivos de cobertura que mejoran la salud del suelo.