Un experto en economía anticipó que "no hay chances de que las retenciones vuelvan a subir" y advirtió "caos" en la salida del cepo: "La soja de la 125 valdría a precio de hoy US$ 880"
El agro deja atrás la especulación financiera y enfrenta un nuevo desafío: ganar productividad en un contexto sin inflación, pero con costos en dólares más altos
"Sin inflación, rumbo a la productividad" fue el título del encuentro de ADBlick Agro que reunió a un experto en economía y a otro en agronegocios para debatir sobre lo que viene en la Argentina.
Andrés Borenstein, economista senior en BTG Pactual, profesor en UTDT y UBA y experto en macroeconomía, disertó junto a Iván Ordoñez, economista especializado en agronegocios y director del Posgrado en AgTechs de UCEMA.
"Domando al potro": por qué el negocio cambió por completo
La moderación estuvo a cargo de José Demicheli, CEO de ADBlick Agro, quien introdujo: "Hablamos de una economía sin inflación, en la búsqueda de la productividad. Entendemos que en los últimos años el negocio del agro y de siembras a escalas estuvo viciado por un negocio financiero, de búsqueda de brechas, de dólar linked esperando una devaluación, eso pasó y tenemos un nuevo desafío de hacer negocios en la búsqueda de la productividad".
Demicheli puntualizó: "Si la inflación le gana al dólar, tenés inflación alta en dólares y no hay cuadro de resultados que resista. Hubo una inflación a la baja pero mayor al dólar. Los costos en dólares son más altos, el poder adquisitivo del salario real que el Gobierno dice que es muy bueno tiene que venir de la productividad. En ese marco estamos parados. Explotaron algunas compañías y cuadros de resultados, y uno tiene que aggiornarse a buscar productividad. Y más en un negocio de siembras a escala".
Qué pasa en la economía: "No hay chances de que las retenciones vuelvan a subir"
Andrés Borenstein puntualizó que el programa de Milei tiene tres grandes pilares:
- Ancla fiscal: "Es realmente importante". Según el economista, lograron bajar 5 puntos el gasto, algo inédito en año de recesión. Pero es aún más inédito que la popularidad del Presidente sigue alta: "Es inédito porque la Argentina le pedía al Estado prácticamente todo. Al principio de la gestión Milei uno se preguntaba si era sostenible, y ahora vemos que si, era sostenible. Podemos discutir qué número de superávit va a tener, pero no si va a tener o no superavit. Con el superavit fiscal las probabilidades de que haya una crisis es menor, no es lo mismo un Estado que se la pasa emitiendo o pidiendo prestado.
- Set de reformas estructurales, algo que ya empezó a través de Desregulación, Comercio, etc.: "Se bajaron alícuotas y todos los días hay cosas nuevas. En general es para mejor. En el mundo de los negocios casi todas las reformas van para mejor, o le mejora la vida a los consumidores o le mejora la productividad y reduce costos a las empresas. Pero todavía falta, reforma laboral, impositiva y previsional, pero lleva tiempo porque necesitan mayorías legislativas. Hay un compromiso a bajar impuestos, al agro se bajaron las retenciones. No es suficiente, pero al final del día es que vamos a tener más productividad o menos impuestos", repasó.
- El tercer factor es la baja de la inflación: "Es la principal promesa de campaña". El pronóstico de Borenstein es de un 23 o 24% para 2025. "Tengo la sensación de que si la pifio este año no la voy a pifiar por mucho. Estoy casi seguro que va a empezar con 2, y si fuera 30%, sería un súper logro. Venimos de 211% y 117% y ahora podría ser debajo del 30%. Es atrasando el tipo de cambio, un ancla cambiaria para la inflación".
Bajo este marco, advierte que es a costa de un atraso del tipo de cambio: "Viajar afuera es más barato, vienen menos turistas, la ropa siempre es más barata afuera. El tipo de cambio está atrasado y el peso está fuerte. Es un problema para el agro, es recontra importante el tipo de cambio, pero estuvo en muchos otros momentos de la historia convertibilidad, algunos momentos de Cristina, Massa. La apuesta es que el mismo tipo de cambio estará con menos impuestos y mucha más productividad. Si eso pasa la economía argentina va a poder vivir con un tipo de cambio atrasado", aclaró.