Nacieron en el país las primeras vacas clonadas transgénicas

08deOctubrede2002a las08:25

Entre el 10 y el 24 de septiembre último nacieron en un campo de la provincia de Buenos Aires tres terneritas de raza Jersey que harán historia: son Clara, Dulce y Mansa, nada menos que los primeros bovinos clonados transgénicos del país. El logro ubica a la ciencia argentina en la vanguardia de la investigación.

Las tres son copia fiel de Pampa, la primera ternerita clonada en la Argentina, que nació hace dos meses. Pero difieren en un detalle fundamental: sus células poseen el gen de la hormona de crecimiento humana, por lo que se espera que serán capaces de producir grandes cantidades de esa proteína de uso terapéutico que actualmente resulta imprescindible para los chicos que sufren de enanismo hipofisario.

Las terneras fueron desarrolladas dentro del programa de clonación de vacas transgénicas que hace cinco años comenzó la empresa de biotecnología local BioSidus y en el que intervienen diez grupos de investigación integrados por científicos del Conicet, la UBA y el INTA.

"El parto fue por cesárea. Están muy bien y pudimos verificar que son transgénicas; es decir, poseen el gen humano", anunció ayer por la mañana con lógico orgullo el licenciado Marcelo Argüelles, presidente del grupo de empresas farmacéuticas Sidus.

Las proteínas humanas de interés farmacológico se vienen clonando desde hace alrededor de dos décadas, pero en bacterias y células. "Así se pudieron fabricar fármacos como elinterferón, la eritropoyetina o la insulina, que antes había que obtener por métodos extractivos -explicó Marcelo Criscuolo, director científico de la empresa biotecnológica-. Pero hay un problema: existen proteínas de las que se requiere mucha masa para que ejerzan su efecto terapéutico. Por ejemplo, en una ampolla de interferón hay entre 10 y 20 microgramos de la sustancia de interés; en una de insulina, entre 30 y 40 miligramos. O sea, que con el mismo fermentador se pueden producir 2000 veces más ampollas de interferón que de insulina. Evidentemente, los métodos que resultaban tan fascinantes en 1980 no son adecuados para satisfacer las necesidades actuales."

Una demanda que crece

Proyecciones internacionales estiman que dentro de seis años la demanda de productos biotecnológicos superará ampliamente la capacidad instalada global.

Las bacterias -es decir, los reactores biológicos que se utilizan en la actualidad- tienen una capacidad de producción limitada. Hacía falta pasar a otra dimensión y los bovinos ofrecían una salida inmejorable. Es más, se calcula que con una vaca transgénica se puede abastecer la necesidad local de hormona de crecimiento.

Era la oportunidad ideal para conjugar dos de las riquezas que el país -a pesar de las crisis- posee en abundancia: know-how científico de alto nivel y tecnología ganadera de avanzada, ambos saberes tradicionales cultivados a lo largo de décadas.

"Todo esto no sólo requiere conocimientos de ciencia básica, sino también un complejo trabajo de coordinación en el campo mismo -subrayó Carlos Melo, también de BioSidus-. Allí mantenemos constantemente 200 vacas nodrizas preparadas para ser implantadas con los embriones. Semanalmente se van poniendo en fase 15 o 20, lo que requiere un trabajo muy delicado para que los animales estén preparados en tiempo y forma. Por otro lado, los individuos clonados requieren cuidados especiales, y en esto los peones de campo cumplen una tarea fundamental, con guardias de 24 horas para que no les falte atención ni un instante."

Como Pampa, Clara, Dulce y Mansa fueron creadas a partir de una célula fetal de raza Jersey y de un óvulo de descarte. "Elegimos una raza lechera lo más pequeña posible, porque una de las características de los animales clonados es que algunos nacen muy grandes. Además, produce una buena cantidad de proteína por litro de leche -puntualizó Melo-. Y deci