Hay que controlar la faena de cerdos

Vigilancia sanitaria.“Criar los cerdos con basura y en medios sanitariamente no aptos, infectados por ratas y ratones, facilitan la infectación de estos animales con triquinella”, observó una especialista.

05deJuliode2003a las08:17

“La triquinosis es una espada de Damocles que pende permanentemente sobre la cabeza de los inspectores veterinarios. Para algunos constituye una verdadera obsesión la posibilidad técnica de que puedan omitir en el reconocimiento triquinoscópico algún cerdo y con ello ser responsables de una infectación humana colectiva”(Sic). Esta frase, tomada de una publicación europea, nos lleva a darnos cuenta que la situación en Tucumán es totalmente diferente. La espada de Damocles en nuestra realidad pende sobre las cabezas de los consumidores.

Solo dos frigoríficos locales están habilitados para faenar cerdos y en ellos se realiza la inspección veterinaria y la técnica de “digestión enzimática” para detección de triquinosis.


“De esto inferimos que el mayor porcentaje de carne de cerdos y chacinados que se consumen en Tucumán carecen de todo control”, señaló la veterinaria Sandra Fasano. Las carnicerías que producen sus propios chacinados, las ferias y los puestos callejeros de venta, todos ellos constituyen las espadas de Damocles que penden sobre nuestras cabezas.

La triquinella spiralis es un parásito intestinal del cerdo que en este animal no desarrolla sintomatología de importancia, pero tiene la particularidad de reproducirse en el intestino del cerdo y de allí, por vía hemolinfática, llega a los músculos y formar quistes, que pasan a ser el elemento infectante para el ser humano.

“El hábito incorrecto de criar los cerdos con basura y en medios sanitariamente no aptos, infectados por ratas y ratones, facilitan la infectación de estos animales con triquinella”, observó. Cuando consumimos carne insuficientemente cocida, chacinados, jamones etc., contaminada por quistes de triquina, éstos se liberan en nuestro intestino produciendo diversos síntomas.

“Que la espada de Damocles deje de pender sobre nuestras cabezas depende de que nosotros los consumidores, exijamos el control de los alimentos que consumimos”, dijo Fasano. “Así, tal vez logremos que los organismos competentes, responsables directos de los controles, hagan cumplir las normas sanitarias vigentes y dejen de mirar para un costado, ante un problema que está latente y que puede desencadenar una tragedia”, advirtió.