Genética sudamericana para expandir el trigo en el norte
Los semilleros introducen cultivares desde Uruguay y Brasil. Por necesidad de incorporar un cereal a la rotación con soja, aparecen en el mercado variedades adaptadas a producir con alta presión de enfermedades, en condiciones de sequía o con altas temperaturas durante el llenado.
“Estamos previendo una expansión del trigo en la región del norte argentino, esto es el Chaco, Santiago del Estero, Tucumán y Salta, por avance del área agrícola, y una mayor participación en la región central, o sea Córdoba, Santa Fe y norte de Buenos Aires, gracias a un incremento en la participación de la rotación con soja.” Esto lo decía Rogelio Fogante, pionero de la siembra directa en la Argentina, fundador de Aapresid, ex investigador del programa de trigo en Marcos Juárez (colaboró con el Premio Nobel Norman Borleaug) y ahora referente del proyecto de mejoramiento en trigo que el INTA tiene con la empresa Bioceres.
Sucede que la soja está actuando como pionera en abrir la ruta agrícola en las nuevas regiones que entran en producción. Pero no se puede hacer sólo soja. Hace falta generar cobertura, materia orgánica joven, y para eso hace falta una gramínea. ¿Cuál? El trigo. Ya está pasando en Brasil, donde prevén que la producción local se incrementará porque las nuevas zonas que hoy empiezan con soja, en los Cerrados, van a tener que rotar con una gramínea.
“Lo bueno del trigo en el norte argentino es que la soja de segunda no tiene el diferencial negativo de rendimiento respecto de la temprana, como sucede en las regiones del Sur”, comentó Fogante. “Incluso en ciertas condiciones llega a rendir más, por efecto de la cobertura de rastrojos que le deja el trigo”, agregó.