Cría bovina en el corazón maicero.

Un grupo de 16 productores trabaja con cargas de más de 5 vacas por ha de pastura y utiliza los rastrojos de maíz y soja; dicen que sus márgenes superan los 500 dólares...

28deMayode2005a las08:03

Venado Tuerto.- Los lotes con rastrojos de maíz y soja, residuos de una cosecha que este año marcó un récord productivo, acompañan gran parte del vasto paisaje rural que aquí se divisa, sobre las rutas nacionales 8 y 33, y son testigos de una actividad que año tras año intenta difundirse en el corazón maicero: la cría bovina intensiva (CBI) sobre suelos de buena aptitud agrícola.

Acostumbrada a brillar por los rindes del cereal y la oleaginosa, desde hace un tiempo en esta región del sur santafecino hay productores que trabajan con la CBI apostando al aprovechamiento de las pasturas de alta producción en estos suelos y a los rastrojos que todas las campañas deja la agricultura.

Esta experiencia, que pretende mostrar una complementación entre la producción agrícola y la ganadera, es llevada adelante, entre otros casos, por 16 productores que tienen más de 6000 vacas e integran el Grupo CBI en el ámbito del INTA Venado Tuerto.

Según los impulsores de esta técnica, hoy aquí se logran cargas de 5 o más vacas por hectárea de pastura, entre 15 y 20 toneladas de materia seca, producciones de carne de más de 800 kilos por ha, rastrojos útiles para el período de vaca seca y márgenes brutos superiores a los US$ 500 por hectárea. "Si bien había productores que ya estaban trabajando en este tema, el grupo se constituyó en 2001, en pleno período de agriculturización. Nos reunimos en pos del desafío de intensificar la cría no sólo en la carga, sino en todos sus aspectos, como la genética, la sanidad y el forraje", dijo Martín Correa Luna, coordinador de la iniciativa.

Después de haber estudiado el tema durante 10 años, sobre la base de antecedentes de intensi-