La genética de los nuevos jugadores
Con la ganadería local a media máquina, crece el interés de los criadores de países vecinos.
Así como la maquinaria agrícola de punta reserva su presencia sólo a determinadas muestras internacionales, las de "fabricar" carne consideran a Palermo como uno de los mayores exhibidores del mundo. Con la particularidad de que todo lo que se expone es industria argentina.
La edición 122 de la exposición ganadera ofrece magnitudes contundentes. Las dos razas bovinas con más historia en el país son las más numerosas. Los criadores de Angus de siete provincias anotaron 610 reproductores, 25 por ciento más que el año pasado. Los de Hereford trajeron 289. En total, 901 ejemplares. Braford y Brangus, las razas sintéticas que están poblando los campos ganaderos del norte, inscribieron entre ambas más de 170 animales, la mayor cantidad en la historia de la muestra. Todo a pesar de la incertidumbre que atraviesa la cadena de ganados y carnes.
"La ganadería está en el peor piso de los últimos 20 años. Pero Palermo viene a ratificar lo que ocurre en el campo, donde hay gente que quiere trabajar. En lugar de 50 millones de vacas, el país podría tener 80 millones y los campos del norte que están vacíos y a media máquina trabajando a full. Pero se está haciendo todo lo contrario", advierte Raúl Peyrano, titular de la cabaña Rancho Grande, de Corral de Bustos.