Costos de una eventual importación de carne - Por Ignacio Iriarte (*)
Se dice que en un par de años la Argentina deberá importar carne bovina, pero pensamos que es difícil que eso suceda: hoy, el precio interno mayorista de la carne en Paraguay, Brasil o Uruguay está entre 50 y 70 por ciento por encima del que rige en nuestro país.
Una de las consecuencias del cierre de las exportaciones que está llevando a cabo el Gobierno es el progresivo alejamiento del nivel de precios internos frente al mercado internacional y a nuestros competidores.
Además de la fuerte diferencia de valores de la carne con respecto a cualquier competidor que quiera proveer a nuestro mercado, debe ponderarse que la importación se encarecería además con 35 a 40 por ciento de gravámenes aduaneros, lo que volvería inviable cualquier operación.
En la década de 1990 se llegaron a importar pequeños volúmenes desde Uruguay y Paraguay, en buena medida para termoprocesar y luego vender afuera, pero la carne importada nunca llegó a significar más de 1,5 por ciento del mercado interno.
Fuera del histórico flujo de parrilleros desde el Uruguay, que se trata de un volumen muy reducido, en la Argentina podrían estar interesados en importar carne los procesadores, pero el producto tipo manufactura no sólo ha experimentado un extraordinario aumento de precios a nivel internacional (120 por ciento en dos años), sino que también hay una sobreoferta en el mercado argentino por la brutal liquidación de vientres que se está registrando.