El uso de toros jóvenes

Cuando se acerca la temporada de servicio es conveniente evaluar la posibilidad de usar toritos. Esta nota explica las ventajas de este sistema y da recomendaciones para su empleo.

06deOctubrede2008a las07:36

Con el tendido de los primeros alambrados, a fines del siglo XIX, se inicia el proceso de mestización de los rodeos criollos, dueños de nuestras inmensas pampas. La incorporación de sangres importadas de razas puras por ganaderos visionarios hizo que, rápidamente, se notara el progreso genético de nuestras haciendas, hoy entre las mejores del mundo.
Durante todo el siglo XX, hemos en parte estudiado y en parte vivido la evolución de los distintos sistemas de crianza, los que fueron modificándose y adaptándose a diferentes zonas y circunstancias.

La reducción en la extensión de los potreros, la estabilidad de los servicios en épocas adecuadas y su acortamiento, el tacto rectal, los controles sanitarios, la inseminación artificial, los servicios prematuros, el destete precoz, etc., son algunos sistemas que han ido marcando hitos en los manejos ganaderos.
Las actuales circunstancias de márgenes bien ajustados, hacen que la eficiencia ya no sea solo privativa de criadores progresistas, sino que, por una razón de supervivencia, tiende a generalizarse.

Todas las innovaciones mencionadas se impusieron y hoy ni los más conservadores las discuten. Sin embargo, hay una, que si bien cuenta con cierta aceptación, no tiene el consenso que debería: el uso de toros jóvenes. Quizá por una mezcla de prejuicio y mito y también algo de ignorancia, este sistema es resistido.

Beneficios por partida doble