La nuez tiene su aceite:el emprendimiento que lo hizo posible

Domingo Montaño y Silvia Basualdo desarrollaron un producto gourmet y saludable a partir de un fruto que no tenía salida en el mercado.

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La nuez tiene su aceite:el emprendimiento que lo hizo posible
31deMayode2014a las09:26

Una montaña de nueces en una finca riojana que no podían venderse porque el precio no era rentable fue el disparador de un proceso de innovación tecnológica: desarrollar sistemas y equipos de prensado sin antecedentes en el país para elaborar un aceite gourmet y saludable. Eso fue lo que hizo la empresa Aceites del Desierto para industrializar las nueces producidas y desaprovechadas en las provincias de La Rioja, Catamarca y Córdoba.

La empresa tiene su planta en el Parque Industrial Santa Catalina, en las afueras de Río Cuarto, y acaba de lograr la habilitación comercial (Registro Nacional de Productos Alimenticios -RNPA-) de la Secretaría de Alimentos de la provincia de Córdoba y ya a estudia mercados de exportación.

Es una empresa familiar (integrada por Domingo Montaño, presidente; su esposa, Silvia Basualdo, socia y directora de Calidad, y un hijo de ambos, Augusto, socio y director en Gestión Comercial, todos ingenieros agrónomos) que obtuvo por este emprendimiento el Premio La Nacion-Banco Galicia a la Excelencia Agropecuaria 2013 en la categoría "Mejor Trabajo de Innovación y Desarrollo".

COMO DE PELÍCULA

Esta no es una historia de película, pero algo tiene que ver. En 2007 Silvia y Domingo viajaron a La Rioja para el lanzamiento de un documental sobre la tradicional fiesta regional de la Chaya, rodada por la otra hija del matrimonio, Dolores, productora de cine.

Luego de la función los Montaño conocieron por medio de su hija a un amigo de ella, también productor de la película. Y éste, a su vez, les presentó a su padre, Ricardo Márquez, nogalero e ingeniero agrónomo, quien los invitó a conocer su finca, en la provincia.

"Fuimos con la curiosidad profesional de conocer una finca nogalera. Y cuando llegamos vimos una montaña de unas tres toneladas de nueces y preguntamos por qué estaban allí", contó Domingo Montaño en diálogo con LA NACION en su oficina de Canning, provincia de Buenos Aires.

El nogalero les dijo que no podía vender las nueces "por falta de precio". Y cómo a él, le ocurría lo mismo a otros pequeños productores riojanos, de Catamarca y de Córdoba. Márquez les explicó que ellos pedían mínimamente entre 7 y 8 pesos el kilo, pero los compradores ofrecían sólo entre 3 y4 pesos, con lo cual preferían no vender.