Doble o nada: desde Córdoba apostó y ganó
La cabaña cordobesa Rancho Grande hizo doblete en Braford: ganó en machos y en hembras. Y pisa fuerte también en Brangus. La nueva ganadería.
“El 2003 marcó nuestra primera participación en Palermo y tuvimos un reservado campeón. Todos queríamos irnos de fiesta pero mi padre dijo que no había nada que festejar, que había que ponerse a trabajar para volver al año siguiente y llevarse el premio mayor. Y así fue”.
Quien habla es Andrea Peyrano, hija de Raul Peyrano, fundador de la cabaña Rancho Grande, de Corral de Bustos, Córdoba, que esta semana logró un nuevo hito en su historia. Por primera vez se llevó el premio mayor de la raza Braford en machos y en hembras. Son el décimo y el undécimo máximo galardón de la cabaña en Palermo. Y de yapa, en la competencia de los Brangus, donde en realidad la cabaña siempre pisó más fuerte, el Gran Campeón también fue un toro criado por ellos, actualmente propiedad de Semex (Ver Un Brangus...).
El Gran Campeón macho Braford es un toro de dos años y medio y 900 kilos, que venía de quedar tercero en la exposición nacional de la raza, por lo que causó una grata sorpresa para sus dueños. La Gran Campeona hembra es una vaca de dos años que llegó preñada y con ternero al pie. “Son dos animales bien moderados, muy funcionales y con muchas características carniceras, que es lo que en realidad hay que buscar. No hay que olvidar que el objetivo final es producir carne”, dijo Richard Luchetti, gerente comercial de Rancho Grande, en diálogo con Clarín Rural.
El fundador de la cabaña Rancho Grande fue Raúl Peyrano, un industrial que hacía cilindros hidráulicos en Corral de Bustos pero que era en verdad un apasionado por las vacas. Peyrano inició la cabaña en la década del 70 con toros Angus y más tarde adoptó también ejemplares Brangus, al tiempo que los campos del norte se poblaban con esta raza. Recién en 2006 le llegaron los primeros Braford.
Actualmente, tras la muerte del fundador a comienzos de 2010, son sus hijas las que tomaron la posta. Mariana Peyrano está abocada a la industria y su hermana Andrea se ocupa de la cabaña, pero toda la familia está vinculada con el campo, incluso las nietas, que están presentes en Palermo.