La campaña que viene, con ecuaciones que no cierran
Que la ecuación agrícola venía cayendo no es ninguna novedad. Lo mismo ocurre con la fruticultura, con la lechería, la cadena vitivinícola, la molinería, la avicultura, etcétera.
|Tal vez la única excepción relativa sea la ganadería.
Que la ecuación agrícola venía cayendo en las últimas campañas no es ninguna novedad. La disminución de área, el uso de insumos, la aplicación de fertilizantes, los regulares resultados obtenidos mostraban claramente el retroceso que iba sufriendo la actividad. Lo que no estaba tan claro es la agudización de la caída que se registró en los últimos seis meses, lo que determina que hoy muchos de los resultados agrícolas -tranqueras adentro- ya den negativo aun en las zonas centrales, y mucho más si se incluye el flete.
Lo mismo ocurre con la fruticultura, con la lechería (a la cual, además, le quieren "rebajar" los precios), la apicultura y, más aún, cuando el producto conlleva más proceso, como ocurre con la cadena vitivinícola, la molinería, la avicultura, etcétera.
La conjunción de una demanda interna prácticamente en el máximo de sus posibilidades y la caída en los precios internacionales de la mayoría de los productos exportables a causa del parate de la economía internacional (además de las propias restricciones locales para vender al exterior) dio como resultado la caída y el estancamiento en el precio que reciben los productores.
El tema no sería tan preocupante si no fuera porque se mantiene la tendencia alcista en el costo de la mayoría de los insumos, tarifas y, como si fuera poco, en los impuestos en general, tanto a nivel Nación, como provincias y municipios.
Para tener una idea, en los rubros más básicos para la producción de granos como combustibles, herbicidas y fertilizantes, en la relación insumo-producto hay aumentos de hasta el 80% (más de grano para comprar la misma cantidad de producto) en relación con lo que ocurría a mediados del año pasado. La misma relación prácticamente se duplicó en la década.