Denuncian que la compra de leche del Gobierno es un negocio a la medida de SanCor y La Serenísima
Además, el sobrante que compraría el Gobierno tiene fecha de vencimiento en el corto plazo.
"El gobierno no entendió cuál es la magnitud del asunto y siguen pensando que la solución está en atacar el sobre stock”, apuntó Manuel Ocampo.
Fue “el anuncio” que el gobierno se guardó para terminar de seducir al campo durante la visita del presidente Mauricio Macri a la muestra Expoagro, que organizan Clarín y Nación y recibió un millonario apoyo oficial, después de años de ausencia oficial.
“El Estado va a salir al mercado a comprar sobre stocks de leche en polvo”, adelantó el lunes el ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile, sorprendiendo a un sector usualmente afin a la economía de mercado y que durante la década kirchnerista se cansó de decir que quería precio y no subsidios. Igual que el macrismo. “Esto sólo ayuda a SanCor y La Serenísima a vender su sobre stock y terminará agravando la situación de los tamberos, explicó Manuel Ocampo de APL.
Los funcionarios que responden a Buryaile se mostraban confiados en las charlas que mantenían con dirigentes y periodistas especializados. “Si podemos colocar todo ese sobre stock encontramos la solución”, repetía, esperanzado, un secretario de Estado.
Pero, como era de esperar, a unos cuantos se les vino a la cabeza lo que pasó en la década del 80 con los recordados “pollos Mazzorín”. En ese entonces, el secretario de Comercio Interior, Ricardo Mazzorín, convenció al presidente, Raúl Alfonsín, para importar unas 38.000 toneladas de pollo proveniente de Hungría. La cuestión es que esa decisión tuvo un alto costo político para Alfonsín: un 20% del pollo importado no pudo ser vendido, sumado a que el alimento se descompuso y que el alquiler de cámaras frigoríficas representaba un alto costo para el Estado.