Mejoran los números de la invernada
Tras largo tiempo con una compraventa desfavorable para el engorde, el kilo de ternero se ubica hoy en un valor similar al del novillo.

Cómo influyeron la suba de los granos, el clima y las tasas de interés, y qué se espera para el segundo semestre.
“Al aumentar tanto el costo de la alimentación, el feedlotero trató de bajar el precio de la reposición para que su negocio cierre. Incluso, los invernadores de campo, la mayoría intensivos, influyeron. Si todos los compradores están en la misma tónica, obviamente, el mercado ajusta a la baja. Por eso, en los últimos días, la compraventa se ubicó casi en uno a uno, algo que no se veía desde hace tiempo”, dijo el Ing. en Producción Agropecuaria, Juan Pedro Colombo, martillero de Colombo y Magliano, una de las principales casas consignatarias del país.
En ese sentido, a fines de 2015, el novillo gordo en la pampa húmeda cotizaba a $30 por kilo vivo y el ternero a $ 37 y, actualmente, se ubican en $ 32 y $ 32/33, respectivamente. “Ahora los granos valen lo que tienen que valer. El maíz que estaba a $700/ton llegó a $2.800 y el mercado ganadero, que es casi perfecto, con muchos compradores y vendedores, lo reflejó enseguida”, planteó. En concreto, este cambio drástico, acentuó la retracción del precio de la invernada, propia de la estación del año, y “hoy, se paga lo mismo o apenas un 5% más que el kilo de novillo, cuando históricamente estaba un 10 a 15 % arriba. Tampoco es bueno que la ecuación sea tan desfavorable para el engordador, como ocurría cuando el ternero era 40% más caro que el gordo”, señaló Colombo.
Otra cosa que influyó en la relación compraventa, fue la adversidad climática que jugó un papel importante en la comercialización. “En el Litoral, con las inundaciones, hubo 20 días en que no se podía salir de los campos y las ventas de invernada se atrasaron. Ahí, el mercado estuvo parado casi un mes y luego hubo una avalancha que impactó en los precios. Todavía se ven consecuencias”, contó.