Cuidar al rodeo en época de excesos hídricos
En un contexto climático adverso, especialistas del INTA Cuenca del Salado, compartieron recomendaciones para afrontar el dilema de encarar la etapa crítica de pariciones con una disminución importante de la disponibilidad forrajera.
La primera medida es un buen diagnóstico que evalúe el grado de anegamiento de los potreros e instalaciones.
Con las últimas lluvias de septiembre, sobre un suelo saturado de agua y napas cercanas a la superficie, casi el 24 % de la Cuenca del Salado está anegado o inundado. Un informe del INTA presenta recomendaciones para afrontar el dilema de encarar la etapa crítica de pariciones con una disminución importante de la disponibilidad forrajera.
Para Esteban Melani, técnico del INTA Cuenca del Salado, el productor está “en un momento bastante crítico porque a partir de la parición, la vaca necesita alimentos en forma, en cantidad y en calidad”. En ese sentido, explicó: “La inundación achica en forma drástica la disponibilidad forrajera, entonces hay que usar lo que tenemos de la manera más eficiente”.
Según el informe, la primera medida es un buen diagnóstico que evalúe el grado de anegamiento de los potreros e instalaciones, detecte lugares altos para dormideros y refugios, analice el estado del forraje y cuantifique la superficie utilizable y el estado corporal del rodeo.
A fin de administrar las pasturas, recomienda evitar el ingreso de los animales a potreros que estén totalmente afectados y permitirles acceder a los que presenten posibilidad de pastoreo. Con 4 a 5 horas diarias cubrirían sus requerimientos básicos de forraje.
Para evitar el excesivo pisoteo y deterioro innecesario, en los potreros con anegamiento variable deben clausurarse las zonas donde hay mucha agua. A los altos, sin encharcamiento, es conveniente subdividirlos para un uso eficiente del forraje disponible.