Henolaje de alfalfa: guía para lograr un alimento de calidad

En un encuentro realizado en el INTA Manfredi en el que participaron especialistas en forrajes conservados, se elaboró un decálogo de buenas prácticas para la confección de henolaje de alfalfa.

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El decálogo de las buenas prácticas en la confección de henolaje de alfalfa.

El decálogo de las buenas prácticas en la confección de henolaje de alfalfa.

08deNoviembrede2017a las08:41

Según el informe elaborado conjuntamente por profesionales de INTA, la Cámara Argentina de Contratistas Forrajeros (CACF), asesores privados y técnicos de empresas del sector, esta técnica de conservación -erróneamente denominada “silo de alfalfa”-, permite lograr un alimento clave en la producción ganadera argentina, fuente de fibra y proteína estratégica.

El henolaje de alfalfa es un método de conservación química, que consiste en cortar el forraje realizando un oreado hasta alcanzar un porcentaje de humedad comprendido entre el 45% y el 55%, para luego embolsarlo o empaquetarlo, a los fines de crear condiciones de anaerobiosis que permitan generar una fermentación láctica para su correcta conservación.

Esta tecnología llegó a nuestro país a mediados de los años 90 mediante la elaboración de rollos que luego eran embolsados con mesas empaquetadoras. Si bien en un principio encontró aceptación como una alternativa interesante en los lugares en los que era difícil producir heno de calidad, rápidamente se difundió al resto del país por permitir una forma de conservar la alfalfa con alta calidad nutritiva, proveyendo fibra (de alta digestibilidad y nivel de consumo) y proteínas (verdaderas y nitrógeno no proteico).

En Argentina, el henolaje evolucionó incorporando bolsas con memoria (stretch) y luego con sistemas cargadores de rollos frontales y embolsadoras de rollos con motor, que permitían agilizar el trabajo. Si bien en otros lugares del mundo el henolaje en formato de rollo se encuentra plenamente vigente y en continua evolución con rotoenfardadoras que incorporan empaquetadoras en su parte posterior, la gran adopción masiva de este forraje conservado en Argentina se logró cuando la recolección del pasto empezó a ser realizada por picadoras de precisión y embolsado con máquinas embutidoras en bolsa de polietileno.

En la actualidad, la técnica del henolaje denominada erróneamente “silo de alfalfa”, conservada en bolsas plásticas, permite que el proceso fermentativo se desarrolle en condiciones adecuadas. Pero además, brinda muchas facilidades de manejo, dado que al ser recolectado por una picadora, permite ser incluido más fácilmente dentro de un mixer mezclador, sumado a la disminución de tiempos operativos en la confección de este forraje.

El trabajo realizado por el grupo multidisciplinario e interinstitucional busca dar respuesta a diversas consultas sobre la posibilidad de hacer corte directo de alfalfa para embolsado y permite dilucidar la técnica correcta y sus beneficios en la producción animal. De esta manera surge una guía paso a paso de procedimientos para lograr un correcto henolaje.