Cría: momento de decisiones

En épocas de sequía es clave saber aprovechar la fortaleza del pastizal natural. Afirman desde el Inta que el destete es una buen período para tomar medidas a tiempo.

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03deAbrilde2018a las10:30

“El pastizal natural tiene gran capacidad de sobrellevar avatares climáticos porque está compuesto por un gran número de especies, muchas han sobrevivido durante años a la inundación y otras a la sequía. Esto hace que el sistema ganadero sea más estable y no tenga las fluctuaciones características de la agricultura, inclusive las pasturas implantadas, cuyo rendimiento cae ante una seca”, dijo el Ing. Agr. José Otondo, del INTA Cuenca del Salado, en el seminario organizado por el IPCVA en Ayacucho, Buenos Aires.

Y agregó: “aún con esta fortaleza, en el actual contexto de seca es necesario implementar estrategias de manejo de la oferta y demanda de forraje. Hay que tratar al pastizal como si fuera un pastura cultivada, esto nos permitirá sobrellevar la situación y enfrentar mejor el otoño-invierno que se viene”.

¿Cómo medir la productividad del pastizal? 

El Laboratorio de Análisis Regional y Teledetección (LART) de la Facultad de Agronomía de la UBA desarrolló una herramienta que permite conocer la producción de forraje del pastizal natural.

“Desde hace 18 años, se monitorean miles de potreros de la Cuenca del Salado y se mide cuánto crece el pastizal a través de imágenes satelitales. Gracias a ello, hoy podemos construir una curva de productividad promedio para cada mes del año. A su vez, como en ese período hubo sequías e inundaciones, también podemos conocer los desvíos en un año bueno y en uno malo, respecto del promedio”, explicó Otondo.

El 80% de la oferta se da entre septiembre y marzo, es decir que ése es el período clave para acumular forraje. Pero en esa época las lluvias son muy variables y, con ello, puede cambiar fuertemente la disponibilidad de pasto de todo el año, que es lo que pasó en la primavera-verano 2017-18.

“Llovió cerca de un tercio de lo habitual, tendría que haber unos 450 mm acumulados y cayeron sólo 150 mm. Esto hizo que la producción de pasto esté bastante por debajo del promedio. Según mis cálculos, hoy nos estaría faltando un 23% del pasto”, señaló.

Ese pasto, que debería estar en el campo, por lo general se difiere para que la vaca lo vaya comiendo durante el otoño-invierno. ¿Se podrá recuperar ese faltante? “Aunque las lluvias se normalicen y la curva de oferta del pastizal se acomode a su máximo posible, no estaríamos en condiciones de compensarlo. Porque en el invierno, aunque sea benigno y llovedor, naturalmente el pasto crece poco”, advirtió el especialista.