La sequía aumentó el ritmo de faena en la ganadería

Según CREA, el clima alteró el ritmo y provocó que los valores para 2018 lleguen a las 3 millones de toneladas equivalentes res. Por su parte se incrementó la faena de hembras producto de la falta de pastura.

22deMayode2018a las09:24

Si bien las lluvias de los últimos días terminaron con la sequía en la mayoría de las zonas, los efectos de las mismas en la ganadería nacional se seguirán viendo a lo largo de este año y del próximo. La producción ganadera se caracteriza por tener una dinámica cíclica, donde existen fases de liquidación, de retención y fases neutras. En las fases de liquidación, impulsadas por bajas expectativas en el negocio, la tasa de faena es mayor a la de producción de animales, caen los precios y se reduce el stock. Luego de las fases de liquidación se dan las fases de retención que, en contraposición, por las buenas expectativas se retrae la faena y crece el stock. En las fases neutras se da un equilibrio entre faena y producción. 

Argentina se encontraba hasta el 2017 en una fase cercana a la neutralidad. Sin embargo, la reciente sequía y su impacto en la producción forrajera  está llevando a aumentos en la tasa de faena, que podría llevar a un cambio dentro del ciclo ganadero. De continuar la tendencia actual, la faena esperada para el 2018 llegaría a valores por encima de 3 millones de toneladas equivalente res con hueso (ERCH), por encima de los 2,8 millones esperados previos a la seca. Este comportamiento está generando impactos en el precio de la hacienda.

La seca se dio entre los meses de diciembre y abril de manera generalizada en todo el país, con importantes impactos en la producción forrajera. De forma más acentuada se vieron afectadas algunas regiones como el sudoeste de la provincia de Buenos Aires y gran parte de Entre Ríos. Como consecuencia, la productividad del campo natural en las zonas mencionadas fue tan baja como la esperable en el peor de 20 años, según los datos relevados por el Sistema de Seguimiento Forrajero Satelital de CREA-FAUBA. Otro aspecto no menor provocado por la falta de lluvias fue el retraso o imposibilidad de siembra de verdeos de invierno y pasturas, comprometiendo el pasto de otoño-invierno. Se estima que aún pudiéndose sembrarse gracias a las últimas lluvias, la merma en la productividad de los verdeos por retraso en la fecha de implantación podría ser del 30-40%.