Australia, el país que dio vuelta las adversidades
Con suelos difíciles, sequías recurrentes, pastos y granos escasos y mano de obra cara, logró convertirse en una de las ganaderías de mayor productividad del mundo.
Recientemente, los especialistas Juan Elizalde y Sebastián Riffel recorrieron Australia para conocer la clave del éxito de su ganadería: baja carga en la cría, el elevado precio de la recría y el engorde eficiente, aún sin maíz. Según lo que cuentan, "recorrimos algunas regiones de Australia, básicamente el sudeste, lo que nos permitió hacer algunos comentarios referidos a su ganadería y comparar los niveles de productividad con los de nuestra región".
Australia es uno de los principales productores de carne del mundo, reconocido por su especialización a la hora de proveer diferentes mercados. Su posición geográfica, que favorece el acceso a destinos importantes como Japón, a la vez resulta una limitante para la producción de alimentos, por el clima y los suelos difíciles.
Entre sus fortalezas figuran la población relativamente baja, que les permite obtener importantes saldos exportables, y la tipificación y desarrollo de marcas, que lo ubican como un país netamente exportador de carne con valor agregado. Se trata de embarques de productos ovinos y vacunos -de animales índicos y sus cruzas, británicos y Wagyu japonés- que, si bien no pagan retenciones, aportan entre el 1 y 2% para investigación científica y tecnológica.
El país oceánico equivale a tres veces la superficie de la Argentina, pero la escasez de agua limita la actividad agropecuaria. Más de un tercio de su geografía está al norte del Trópico de Capricornio y sus precipitaciones varían de 100 mm a 1.200 mm anuales, aunque gran parte recibe menos de 400 mm. Las zonas más lluviosas se encuentran en la periferia ya que el centro está condicionado por una cordillera que sigue la costa oriental y frena el ingreso de precipitaciones provenientes del Océano Pacífico. Las zonas tropicales del norte reciben agua mayormente en verano y las templadas del sur tiene aportes en invierno.
Australia posee alrededor de 23 millones de cabezas de vacunos de carne (contra 53 millones de la Argentina), 2,5 millones de leche y 63 millones de ovinos (versus los 10 millones de nuestro país). En la zona tropical, con 3 millones de cabezas, se utiliza ganado índico (Brahman) mientras que en el sur predominan los británicos (unos 10 millones), con un 40/50% Angus, 20% Hereford y el resto Shorthorn. También existen varios rodeos de Wagyu y sus cruzas, que se encuentran principalmente al sur.
La cara seca de Australia
Las características climáticas y edáficas hacen que el 40% de la superficie no tenga valor productivo. Un 38% es útil sólo para pastoreo extensivo (más de diez hectáreas por unidad de ganado bovino) mientras que un 13% permite el pastoreo más intensivo (de una a 10 ha por unidad de ganado bovino). Solo el 4% puede aprovecharse para pastoreo intensivo tal como se practica en nuestra región pampeana (una unidad de ganado bovino en menos de una hectárea). Además, sólo un 5% es útil para cultivos extensivos de secano.
El agro, con la ganadería incluida, está compuesto por 110.000 empresas y si bien no hay minifundios, considerando la superficie de los predios, no significa que los productores dispongan de suficientes recursos productivos.
Las sequías son frecuentes, en la mejor zona de secano se estima que dos a tres años de cada diez son secos, y en las de menos lluvias, tres de cada cinco. Esto lleva a que las inversiones se hagan lentamente y aunque los productores logren una buena cosecha saben que deben guardar para el año próximo o el siguiente. Por eso, muchos tienen otra actividad, más allá de diversificar a través de sistemas mixtos. Por ejemplo, un campo donde el dueño trabaja como mecánico en una empresa minera y la mujer como enfermera del hospital del pueblo.