Consiguieron vender a China en plena pandemia y ahora son un caso de éxito en la industria láctea

El detalle de un esquema de negocios especial para el sector lechero nacional.

Consiguieron vender a China en plena pandemia y ahora son un caso de éxito en la industria láctea
24deAgostode2020a las10:52

El negocio lechero no es sencillo, por las condiciones que querramos analizar, desde el trabajo con un producto perecedero, hasta la volatilidad de los mercados, con gran competencia en el mercado interno y mucho más en el internacional. Sin embargo, hay ejemplos a considerar en el panorama lácteo argentino que pueden hacer la diferencia.

En 2006, con capitales nacionales, sobre la idea de concretar gran eficiencia en todos sus procesos, desde la administración y la comercialización, pasando por la producción, es que se concibió a Pampa Cheese, con un primer día de trabajo en el que habían procesado 20 mil litros de leche.

Monoproducto lácteo

Produciendo mozzarella en barra de baja humedad (de cuatro o cinco kilos), un monoproducto de alta calidad que en el inicio empujó este proyecto orientado a abastecer a los mercados asiáticos y de Oceanía, hoy permite tener una empresa consolidada de proyección internacional.

La planta ubicada en Progreso, en el corazón de la provincia de Santa Fe consiguió su primer contrato por 15 contenedores de mozzarella con destino a Corea del Sur. “Así empezamos, no en el mercado interno y con un proceso de mix, sino al revés, teníamos una misión exportadora que a lo largo del tiempo nos hizo entender que la demanda del mercado interno requería de nuestra producción y con las fluctuaciones de los mercados internacionales, pudimos tener una estructura fuerte en esos dos objetivos. Por eso hace 14 años que seguimos abasteciendo a ambos”, comentó Santiago Aguirre, director Comercial de la empresa.

Con la productividad al cien por ciento, son 250 mil litros por día de leche cruda los que se procesan de lunes a viernes, con recepción de leche también durante los días de semana, que se terminan traduciendo en 25 mil kilos de queso, un contenedor completo que generan tres turnos de trabajo en el que “la calidad en nuestro producto es clave”.