"Las micotoxinas afectan la salud de la gallina": claves para prevenir una enfermedad económicamente negativa

La presencia de hongos en los alimentos no sólo resta valor nutritivo a la materia prima que usamos en la alimentación de nuestras aves, sino que sus metabolitos secundarios, o micotoxinas, generan pérdidas económicas porque influyen directamente en el desempeño de las aves.

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"Las micotoxinas afectan la salud de la gallina": claves para prevenir una enfermedad económicamente negativa
12deNoviembrede2020a las15:35

La presencia de hongos en los alimentos es muy preocupante, ya que no sólo resta valor nutritivo a la materia prima que usamos en la alimentación de nuestras aves, sino que sus metabolitos secundarios, denominados micotoxinas, generan pérdidas económicas debido al efecto perjudicial que genera sobre el desempeño de las aves.

Las gallinas son más susceptibles a las micotoxinas que un pollo. Su vida productiva es más larga y por eso cuentan con mayor exposición a micotoxinas. El estrés continuo también es un factor de mayor susceptibilidad, lo cual se relaciona con un sistema inmune constantemente puesto a prueba.

Si no se realiza un control periódico de las materias primas, se corre el riesgo de someter a las aves a constantes riesgos para su salud y productividad. 

¿Cómo actúan en el sistema digestivo?

Las lesiones por micotoxinas afectan el tracto gastrointestinal de las aves, provocando lesiones a diferentes niveles, lo que genera caída en la conversión. Un ave que en recría no logra el peso necesario para su desarrollo retrasa su madurez reproductiva, lo que repercute en pérdidas para la producción.

Las enfermedades digestivas causadas por micotoxinas llevan al ave a una disbacteriosis y enteritis necrótica. Algunas micotoxinas disminuyen la absorción y metabolismo de la Vitamina D3, causando problemas óseos y de calidad de cáscara.

Parámetros productivos

Las micotoxinas tienen un impacto negativo en la tasa de postura, retraso en el desarrollo productivo de las pollitas y trastornos reproductivos en aves adultas. Además generan huevos más pequeños y baja calidad de la cáscara (cáscara fina y frágil), yemas pálidas por falta de absorción y metabolismo de los carotenoides. También afectan la actividad inmune, haciendo a las aves susceptibles a otras enfermedades, así como la correcta acción de las vacunas.

La exposición crónica a bajas dosis de micotoxinas provoca susceptibilidad a constantes infecciones digestivas que no sólo atentan contra la salud de las aves, sino también contra la salud humana, contaminando el huevo con Salmonella y E. Coli principalmente.