Productor busca posicionar a Entre Ríos como polo vitivinícola: “Pasear por Gualeguaychú es como caminar por Bordeaux”

Hace 8 años puso una bodega en Colonia El Potrero donde produce varietales representativos de la zona como Cabernet Franc. Busca romper con la supremacía del malbec y el mito de “si no hay montaña no hay vino”.

05deMarzode2021a las13:14

Néstor Ianni y su esposa Vilma, oriundos de Chovet, Santa Fe, no se imaginaron nunca que la vida los iba a llevar por los caminos del vino. Vivir en el campo siempre había sido un anhelo, pero mientras él se dedicaba a la venta de repuestos y ella a dar clases de Matemática, el sueño de la chacra donde pasar un futuro más tranquilo parecía aún lejano.

Escapando a la crisis del 2001, se les dio la oportunidad de comprar un terreno. La idea inicial era tener una casa donde poder ir yendo y viniendo mientras sus hijos crecían, para finalmente mudarse allí. Primero miraron opciones en su zona, pero todas eran muy caras, hasta que un amigo les recomendó buscar en Entre Ríos:Fuimos a ver unos campos en Gualeguaychú, que estaba muy fundida por la crisis, y apenas fuimos nos encantó el lugar”, comenzó contando Néstor en entrevista con Agrofy News.

Consiguieron una finca ubicada en Colonia El Potrero y comenzaron a armarla de a poco. Sin embargo, la idea de poner un viñedo apareció después. “En el 2002 me enteré que se podía volver a hacer vino en toda la Argentina. Hasta ese momento regía una ley de regionalización de las producciones del año 34 que decía puntualmente que la única región permitida para hacer vinos desde ese momento en adelante era Cuyo”. 

Néstor, como gran apasionado del vino, empezó a interiorizarse en el tema: “Me fui a Colón donde ya habían empezado y fue el punto de inicio para la recuperación de la actividad. Ahí conocí un ingeniero uruguayo que se llama Andrés Passadore y lo traje para acá. Hicimos un estudio del lugar y tardé tres o cuatro meses en poner mi viñedo”. 

En ese momento se propuso un desafío: tener su propia bodega y demostrar que Argentina tiene muchas más regiones aptas para desarrollar la actividad: “Nuestro país está entre las latitudes 30 y 40 que son las ideales para producir buenos vinos. Nosotros nos quedamos con que ´si no hay montaña no hay vino´. En el mercado mundial del vino Mendoza representa el 0,03 % del mercado. La mayoría de los vinos del mundo se hacen en regiones como la nuestra”. 

¿Vino de Entre Ríos?

Junto al ingeniero se pusieron en marcha. Consiguieron plantas, todas cepas francesas: Viognier, Sauvignon Blanc, Cabernet Franc y Tannat. “Pasear por Entre Ríos es como caminar por Bordeaus, Francia. Estamos en las mismas latitudes, las mismas condiciones climáticas”, dijo Néstor.

Tardaron 5 años en tener una buena uva. Hoy tienen 4 mil plantas en una hectárea y media, y producen cerca de 15 mil litros de vino: “Al principio fue todo un desafío porque había que ver si iban a crecer las plantitas. Al tercer año empezamos a ver algunos racimos así que llevamos a Colón a elaborar. El quinto año logramos sacar unos cuantos kilos de uva y sacamos varias botellas”, explicó Néstor. 

Ahí vino el otro desafío: qué hacer con el vino: “Tuvimos que salir a la ciudad a ofrecerlo. La gente al principio pensaba ´¿vino de Entre Ríos? Si no es de Mendoza no sirve´. Por suerte ese concepto va cambiando y ya hay viñedos por toda la Argentina”, agregó. 

Néstor detalló las bondades que tiene el suelo entrerriano para llevar a cabo la actividad. “Nosotros tenemos una muy buena tierra con muchos nutrientes, la uva al formarse está con un montón de aromas y sabores que vos con un buen proceso de elaboración ya tenés un buen vino”.

Otro punto importante es la disponibilidad de agua: “No regamos nosotros, tenemos producción de secano. Con el régimen que tiene Entre Ríos alcanza y sobra el agua. Mendoza es un desierto, si a la tierra no la regás no sacás nada. En ese contexto han elaborado una variedad de altura que es el Malbec. Si yo pongo esa cepa acá, no va a salir tan bien como allá. Acá yo tengo la cepa cabernet y está bien representada. Cada variedad tiene su región en el mundo. Hay entre 5 y 10 mil variedades de uvas”. 

“Son vinos distintos, y cada vino representa el lugar, su gusto, su aroma, y a vos te va a gustar o no pero lo importante es empezar a probar cosas distintas, que es lo bueno del vino. Por suerte esto va avanzando rápido y muchas regiones se animan a producir, como Santa Fe”, continuó contando.