El salario real medido en carne cayó un 17,8% en apenas dos años
¿Bajará el precio de la carne para los argentinos con las renovadas restricciones a las exportaciones? Responden especialistas de CREA
El último Informe Macroeconómico CREA analiza el efecto de las restricciones a las exportaciones de carne: "Se trata de medidas ya implementadas en el pasado, con altos costos para el país y el sector", concluye.
José Lizzi, Líder del área Ganadería (I+D) de CREA, destaca: "Es un error pensar que el precio interno de la carne bajará restringiendo las exportaciones. Una medida de este tipo genera un pulso de oferta instantánea seguida de una baja en la producción, que se traduce en menos oferta estructural de carne cuando la demanda por parte de los argentinos seguirá siendo la histórica y eso sostendrá, si no incrementará, su precio minorista".
Lizzi comenta que solo basta con recordar lo sucedido entre el 2006 y el 2009, con la diferencia de que en la actualidad el sistema ganadero va a ajustar retrayendo la oferta mucho más rápidamente: "Esto se debe a que la tasa de extracción de machos está sostenida desde el 2017 en el orden a 100% (en el 2020 fue de 111%). Eso quiere decir que estamos faenando en promedio el 100% de los novillos en su primer año de vida y no hay oferta remanente de un 40% como lo había en 2006".
"Si se desestimula la producción con medidas de este tipo la oferta se retraerá inmediatamente y lo único que podría generar un pulso de oferta inmediato sería de carne congelada que iba a ser destinada a exportación, lo cual representa un 10% de la faena de un mes", agrega.
Carne: poder de compra de los salarios
Mirando el poder adquisitivo de los salarios en términos de carne, se observa un comportamiento análogo al de los precios: "Hubo un primer efecto positivo desde 2006 hasta fines del 2009, pero a partir de 2010 se vio una baja superior al 18% seguida de una relativa estabilidad hasta 2018 cuando comenzó la fuerte crisis que el país todavía atraviesa", destaca CREA.
A partir de 2018 se inicia una nueva etapa donde es difícil separar la evolución del mercado de la carne en particular de la contracción de la economía en general. El consumo interno de carne se redujo un 15% entre 2018 y 2020 pese a que la oferta de carne aumentó, lo que permite inferir que no se trata de un fenómeno de abastecimiento, sino que corresponde a una perdida generalizada del poder adquisitivo de los salarios.