Lácteos Mayol: cómo sigue el conflicto que hirió a la pyme láctea y movilizó a todo un pueblo
El bloqueo a Lácteos Mayol impactó sobre la única industria de Gobernador Udaondo; hoy trabajan con menos empleados y advierten que la historia no terminó
Fue para todos la sopresa cuando al comenzar marzo se conocía el bloqueo en la planta de Lácteos Mayol. Abruptamente, era el inicio de una crisis que aún ve lejos su normalización.
La fuerza de la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina (Atilra) descargada ante una pequeña empresa láctea reveló la influencia socio-económica de Mayol en el lugar. Un conflicto que afectó a la única industria de Gobernador Udaondo, una localidad del partido de Cañuelas, que aún está lejos de llegar a los 400 habitantes.
Luis y Dardo Mayol conducían a la empresa que lleva su apellido por iniciativa de su abuelo, procesando algo más de diez mil litros de leche cruda por día, para transformarlos en dulce de leche o quesos. Pero la irrupción violenta frente a la planta aquel primero de marzo cambió todo. La materia prima que esperaba su proceso ese lunes se tuvo que tirar y a lo largo de la semana la lucha por recuperar el lugar fue ardua.
Amenazas, violencia física y verbal, roturas en las instalaciones, robo de elementos condimentaron una toma que se destrabó, en parte, gracias al apoyo popular de un pueblo que depende en gran medida de esta pyme.
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Cuando la actividad se pudo retomar, Paulina Mayol, la hija de Luis, tuvo que ponerse al frente de las operaciones, pasando de ser contadora a empujar a la empresa y en definitiva ser la única de la familia que actualmente entra a la planta, obligada a superar el estrés y la depresión de lo vivido, a diferencia de quienes hoy deberían poder seguir trabajando en la empresa de su padre, que los tuvo durante toda la vida activos y sosteniendo una historia de 86 años.
“Actualmente estamos trabajando con diez empleados, cuatro menos que antes y con un 40 por ciento menos de materia prima. No hemos podido recuperar los niveles de producción normales y la realidad es que hoy no estamos buscando hacerlo porque estamos todavía viendo de qué manera continuar”, cuenta Paulina en diálogo con Agrofy News.
Con unos 8.500 litros de leche diarios, en estos meses “se perdió el buen ambiente de trabajo en la fábrica después que se retomó la actividad, y las cuatro personas que participaron del bloqueo se reincorporan en sus puestos”. La sitaución de tensión, sumada a la imputación que les impuso la Justicia, hizo que “el ambiente de compañerismo se pierda y la actividad no sea normal para todo el personal".
"En cuanto a la familia, a la generación que me antecede, a mi papá y a mi tío les hicieron mucho daño, mi papá no quiso trabajar más, así que todo esto nos pegó muy fuerte”, agrega.
Junto a otro de sus tíos, Germán, llevan adelante la empresa, aprendiendo cada día y con estos cuatro empleados despedidos, no se resignan a perderlo todo.
Udaondo apoyó mucho a la familia para seguir adelante. “El pueblo es muy chiquito y este conflicto rompió la paz social. Tener problemas con estos empleados que son también habitantes del pueblo, nuestros hijos son compañeros de colegio, hacen a una situación socialmente dificil”.