Maíz con riego: cómo es producir en México y qué les sorprende del agro argentino
Un experto analiza la relación entre un productor argentino y un mexicano; “Viven una realidad diferente”, cuenta Leonardo Lugo
|Los últimos datos de la siembra directa en la Argentina dan cuenta que este sistema se implementa en un 91% del área sembrada a nivel nacional. Un número bastante alto comparado con otros países de América Latina, como es el caso de México, en donde el promedio de adopción oscila entre un 5% y 10%. Así lo explica Leonardo Lugo (32), coordinador de una iniciativa de agricultura sustentable del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT).
La relación del agrónomo con el campo argentino viene desde 2010, cuando vivió por seis meses en estas tierras mientras hacía una pasantía de su carrera y reforzaba sus conocimientos sobre la producción nacional. Fue así que recorrió gran parte del interior para conocer los distintos modelos productivos de las zonas agrícolas y entabló una estrecha relación con los expertos de Aapresid para mantenerse informado sobre lo que pasa en el campo argentino y viceversa. “En México no está desarrollada la agricultura como lo está en Argentina. Ustedes viven una agricultura más extensiva, más diversa. Acá está el productor de subsistencia: es el que siembra para vivir; ambos viven una realidad diferente”, dice desde Sinaloa, uno de los estados mexicanos con una agricultura muy tecnificada. En ese país aún no ha sido adoptada del todo la siembra directa: se estila la labranza del suelo. Sin embargo, con el transcurrir del tiempo ha minimizado la costumbre del paso de la maquinaria. Si bien cuentan con alta tecnología y valor, existe una amplia diferencia entre un sistema productivo y el otro.
Lugo, quien está a la cabeza de una de las iniciativas sustentables del CIMMYT, un organismo que contribuye al desarrollo de un mundo libre de la amenaza de las crisis alimentarias con un sistema agroalimentario más resiliente, relata que durante su estadía en la Argentina recorrió desde las zonas agrícolas de la región núcleo, las plantaciones de yerba mate en el norte, distintos invernaderos hidropónicos a lo largo y ancho del país, plantaciones de arándanos, y uva en Mendoza. Lo que más le sorprendió fue el sistema de siembra directa de la que hoy se caracteriza como “un apasionado” más, y destaca la adopción a la alta tecnología agrícola del sector.
Falta de inversión
“Nos llevan una ventaja muy grande en la agricultura de precisión y siembra variable. Tienen un desarrollo tecnológico de primer mundo, pero en cultivos de alto valor integral están atrasados”, explica. El experto hace referencia a la agricultura hidropónica, hortofrutícolas o la producción hiperintensiva. Según relata, si bien hay desarrollos en el país, siguen siendo muy pocos y les falta inversión. “En la Argentina no se han desarrollado los productos hortofrutícolas de exportación como las hortalizas y frutas para exportar no están desarrolladas”, narra.
Allá, con la expansión del sistema de riego por goteo se han impulsado cultivos como el maíz, porotos, trigo y horticultura. Tanto es así que los productores se manejan con un sistema basado en tres factores fundamentales: un 100% de riego, un 100% en temporal, de lluvia y punteado. En ese estado, una zona semiárida, en donde llueve mayoritariamente en el verano se conserva el agua que después se utiliza para el riego de las plantaciones. Todo esto es posible a partir de la instalación de una red hidráulica que se hizo hace 40 años en esa región, luego de que el Gobierno hiciera una repartición de 10 hectáreas a productores a través de un proyecto de ley de “tenencia de la tierra”. Sin embargo, con el transcurrir del tiempo y por distintos factores hubo quienes no se dedicaron al agro y esa tierra terminó en manos de otros agricultores o empresas.