Los Alquati hacen todo bien: producen leche con bienestar animal y generarán energía eléctrica con los desechos del tambo
El Establecimiento La Otilia ganó un premio para inyectar energía a la red provincial de electricidad; además, el tambo está siendo certificado en bienestar animal
En Susana hay un tambo que ya visitamos varias veces. Actualmente tienen 369 vacas en ordeño, pero no es este el aspecto que lo hace especial, sino que lo son las inversiones diferenciales lo que los posiciona en un luegar de referencia en la principal cuenca lechera.
Una sala de ordeño ampliada en plena pandemia a 20 bajadas, la reutilización del permeado de suero de la industria láctea para mezclar con la alimentación que se da en la sala, un biodigestor adaptado de la producción porcina al que este año se le agregó otro, un manejo particular en los lotes con el sistema dry-lot, en 239 hectáreas arrendadas, no es lo único que se puede ver en el cruce de las rutas Nacional 34 y Provincial 67-S, donde además se plantaron 230 árboles. Aquí se hará la reinstalación de la subestación transformadora, para mejorar su ubicación y a un costado se ubicará el nuevo equipo que hará la generación de energía eléctrica en mismo nivel de tensión, frecuencia y fase para conectar a la red.
Si bien Joaquín es quien lidera de alguna manera la toma de decisiones en el tambo del Establecimiento La Otilia, detrás de él está toda la familia, su padre Hugo, su madre Gabriela ; y su hermana Pamela, teniendo todos el mismo criterio sobre la incorporación de tecnología y la innovación para atraer a la mano de obra calificada al campo y también a nuevas generaciones, adaptando la mentalidad de la agricultura a la producción lechera.
“Desde el principio que planteamos la instalación de un biodigestor y después agregarle otro, se planteó en este programa que está en marcha en la provincia de Santa Fe, para volcar energía a la red eléctrica. Antes se llamaba Prosumidores y ahora ERA (Energía Renovable para el Ambiente)”, comenta Alquati.
“Hace un año y medio que comenzamos a hablar con la Universidad Nacional de Rafaela, para empezar a preparar una presentación ante el Fonarsec (Fondo Argentino Sectorial) que se hizo en marzo, nosotros como establecimiento privado, el INTA como colaborador y la firma Bounous de la ciudad de Gálvez que va a proveer el generador. En mayo tuvimos que defender el proyecto ante un jurado nacional”, cuentan. A partir de ahí la espera aumentó las expectativas.
El resultado llegó a fin de agosto, resultando terceros en la premiación, detrás de iniciativas de YPF y grandes empresas, pero también por delante de proyectos del INVAP, con lo cual les permite tener el financiamiento para poder llevar adelante el proyecto de transformación de biogas en energía eléctrica, en un plazo de hasta 36 meses, donde se incluye toa la instalación y las etapas de prueba que requiere el sistema.
Los desafíos en este proyecto están en el desarrollo y adaptación de algunas tecnologías, ya que se necesitan adaptar procesos vigentes, tanto en los generadores eléctricos, como en el filtrado de efluentes, lo cual se costea a través de aporte no reembolsable que se deriva a una sociedad que debió conformarse para concretar la puesta en marcha.
“Después el retorno económico vendrá cuando la Empresa Provincial de la Energía, a través del programa ERA, haga la devolución por el aporte a la red”, explica.
Mario Bounous es fabricante de grupos electrógenos y llegó a vincularse al proyecto a partir de la convocatoria que le hiciera la provincia de Santa Fe para el desarrollo e instalación del grupo generador que a partir del biogas como combustible, se transforma en energía eléctrica que será subida a la red de distribución, aunque también permitirá que el establecimiento pueda utilizarlo para autoconsumo.