Un sobrino le dio la idea y sumó un cultivo que sobrevivió a la sequía: logra hasta 5.000 kilos de materia seca por hectárea

Nativa del sur de África, es una especie de gramínea que crece en la época de primavera-verano; se adapta muy bien al clima y al suelo

Un sobrino le dio la idea y sumó un cultivo que sobrevivió a la sequía: logra hasta 5.000 kilos de materia seca por hectárea
17deAgostode2023a las16:57

Nada mejor que los números para ilustrar una situación de forma contundente: hace 10 años el productor Jorge Rosière comenzó con 30 hectáreas de mijo perenne-Panicum coloratum- y hoy ya tiene 600 hectáreas, razón para comprobar que esta gramínea le ha otorgado buenos resultados para alimentar animales, sobre todo en verano.

Experiencia con el mijo en La Pampa

“Empecé a producirlo porque un sobrino mío que es agrónomo me dio la idea”, cuenta Rosière, quien produce vacas Angus coloradas y negras en Realicó, provincia de La Pampa. “A medida que lo fui probando me gustó cada vez más y si lo comparo con el pasto llorón, el mijo es superior en palatabilidad, se nota que a los animales les gusta”.

Al mismo tiempo, Rosière explica que no solo utiliza al Panicum coloratum como pastura para sus vacas, sino que también cosecha semillas que vende a productores de la zona de Bahía Blanca, Pringles y Pigüé. “Los rindes de semilla varían con las lluvias y van de 60 a 120 kilos por hectárea”, grafica.

El llamado “mijo perenne” es una especie de gramínea que crece en la época de primavera-verano, es nativa del sur de África y fue introducida como pastura en Australia, Estados Unidos, México, Sudamérica y Japón. A la Argentina llegó en la década de 1990, principalmente a la región pampeana semiárida.