"Podría ser el peor brote biológico de nuestra vida": alerta por el gusano que devora vivo al ganado
El gusano barrenador de la carne reaparece con fuerza en México y amenaza con cruzar la frontera a Estados Unidos; el comercio ilegal de animales, la falta de moscas estériles y la escasez de mano de obra dificultan el control
En los años 70, Kip Dove, entonces un niño de ocho años, cabalgaba de noche junto a su padre para tratar o sacrificar a reses agonizantes por el gusano barrenador de la carne. Medio siglo después, el ranchero texano vuelve a sentir esa amenaza muy cerca: “No sé qué vamos a hacer”, admite en una entrevista con Reuters, recordando el olor penetrante y las heridas abiertas repletas de larvas.
Erradicada oficialmente de Estados Unidos en 1966 gracias a un programa masivo de liberación de moscas estériles, esta plaga mortal avanza nuevamente desde Centroamérica. El brote comenzó a intensificarse en noviembre de 2024 y hoy tiene su epicentro en Chiapas, México, donde los casos en el ganado crecen un 10 % por semana. En total, se han registrado casi 50.000 infestaciones desde Panamá hasta el sur mexicano, según la Comisión Panamá–Estados Unidos para la Erradicación y Prevención del Gusano Barrenador.
El parásito actúa de forma brutal: la mosca hembra deposita cientos de huevos en cualquier herida, por mínima que sea, de animales de sangre caliente. Al eclosionar, las larvas excavan en la carne viva, agrandando la lesión hasta provocar la muerte si no se trata a tiempo. Caballos, ciervos, jaguares, coyotes, perros y hasta humanos pueden ser víctimas. En julio, México registró la primera muerte humana en décadas: una mujer de 86 años con complicaciones de salud previas. "El olor es horrible, y algunas heridas son horribles. Estos animales tienen agujeros enormes, repletos de gusanos", afirma Dove.
Comercio ilegal y frontera cerrada
Para productores como Julio Herrera, ganadero de Tapachula, el origen del problema no es solo biológico, sino también político: el ingreso anual de al menos 800.000 animales de manera ilegal desde Guatemala, Honduras o Nicaragua, muchos enfermos y sin control sanitario. “Desde Guatemala hay un paso indiscriminado de ganado robado y enfermo. No hay control sanitario”, denuncia.