"Van directo a comer los granos”: el daño más peligroso de una oruga que se sube a la soja
El monitoreo es fundamental; depende el momento del cultivo que ataque la bolillera, el daño y el control son distintos
En su paso por la Agenda Aapresid, Mariano Luna (Rizobacter Argentina), habló de los tips para un control más efectivo de la isoca bolillera (Helicoverpa haletopoeon) en soja.
Luna asegura que condiciones de sequía y zonas con predominancia de leguminosas benefician la aparición de estas isocas. Antecesores como lentejas, arvejas y/o cultivos de servicios como la vicia aumentan las poblaciones de bolillera.
Esta isoca produce diferentes tipos de daños dependiendo el momento que ataque. Durante la implantación actúa como cortadora de plántulas. En la etapa de emergencia, la hembra ovipone en el cotiledón y/o primer foliolo y tras una semana, la larva nacida ingresa dentro de los folíolos y empieza a comer. Este daño puede ser insignificante, pero si las larvas poseen más de 1 cm puede cortar los brotes apicales con la formación de sojas tipo “candelabros". En etapas posteriores, se comporta como defoliadora.
“Pero el daño más peligroso es el consumo directo de granos, ya que a diferencia del resto de los lepidópteros, Bolillera se olvida completamente de las hojas cuando empiezan a aparecer las vainas, y van directo a comer los granos”, advierte Luna.