El argentino que descubrió una conexión especial con los caballos, filma una película para Hollywood y ofrece una vivencia única en su campo: “Muchos vienen en crisis y encuentran sanación"

Desde el corazón de San Luis, Cristobal Scarpati lleva adelante un método de amanse que rompe con la tradición; su proyecto, Scarpati Horsemanship, trasciende fronteras y transforma hasta la forma de vincularnos entre nosotros

29deAbrilde2025a las11:38

En un mundo donde las prisas, la tecnología y el ruido muchas veces desconectan a las personas de su propia esencia, Cristóbal Scarpati encontró en los caballos  el camino hacia una vida más consciente y en armonía. Nacido en San Luis, en una familia de apasionados por los caballos, su destino parecía marcado desde la cuna. Pero lejos de reproducir las prácticas tradicionales de doma–que someten y doblegan al animal–, Scarpati siguió el legado de su padre, Oscar Scarpati, y adoptó un método diferente: La Doma India, una técnica de conexión profunda basada en la ausencia absoluta de violencia. 

“Desde hace 31 años me dedico a la difusión y capacitación a personas en esta disciplina”, explicó Cristóbal (@cristobal_scarpati). Con el tiempo, para facilitar la comunicación con el público internacional, también la denominó Scarpati Horsemanship, pero en esencia es lo mismo: un método que prioriza el respeto y el amor hacia el caballo. 

La Doma India o Horsemanship: Cristóbal Scarpati

La Doma India se inspira en los pueblos originarios ranqueles, que eran habitantes de San Luis, Córdoba y La Pampa. Para ellos, el caballo no era una herramienta ni un objeto, sino un ser sagrado, un regalo de los dioses al que debía cuidarse y tratarse con profunda veneración. Esta visión transformó la manera de relacionarse con los animales: sin violencia, sin sometimiento, con paciencia, empatía y comprensión. 

a

Foto: Martin Beneitez @martin.btz

“Los ranqueles tenían una filosofía de vida 'enmanada' con la naturaleza. Ellos creían que los caballos eran seres sagrados, y su manera de amansarlos era natural y absolutamente incruenta. La intención es amansar de buena manera”, contó Cristóbal.

Este saber ancestral llegó a los Scarpati a través de Don Cristóbal Luna, abuelo adoptivo del padre de Cristóbal y portador oral de la cultura ranquel. No había libros ni manuales: todo se transmitía de generación en generación, a través del relato y la experiencia viva. Cristóbal, quien lleva orgullosamente el nombre de Luna, creció escuchando estas historias y aprendiendo, en el día a día, a leer el lenguaje silencioso de los caballos. 

Tras un breve alejamiento de los caballos durante su juventud para estudiar en la universidad, Scarpati sintió un vacío imposible de ignorar. “Cuando completé mis estudios, entendí que una vida sin caballos no era la vida que yo quería”, recordó. Así, a los 24 años, decidió entregarse por completo a su pasión. 

a

Foto: Martin Beneitez @martin.btz

Vivencias Scarpati

Hoy, junto a su esposa Florencia y sus cuatro hijos, Cristóbal no sólo amansa caballos: también ofrece a personas de todo el mundo la oportunidad de vivir una experiencia transformadora en su campo Los Alazanes, en Estancia Grande, a 35 kilómetros de San Luis Capital. 

Las Vivencias Scarpati con caballos no son cursos tradicionales. Son inmersiones en un estilo de vida que promueve valores como la empatía, la comunicación consciente y el respeto mutuo. “Abrimos las puertas de nuestro hogar a aquellas personas que desean capacitarse en amanse y doma de caballos pero también hacemos un fuerte énfasis en los vínculos y en el desafío de mantenernos conectados emocionalmente en esta era moderna de redes sociales, inteligencia artificial y dispositivos electrónicos", explicó Cristóbal.