Transformó el dolor personal en una experiencia de asado argentino que recorre el mundo: capacita a mujeres y ya superaron las 1.000 reseñas de cinco estrellas
Belén Richards Donnelly creó The Asado Experience: una propuesta gastronómica para extranjeros que reúne sabor, tradición y fundamentalmente genuina conexión humana

"Fue una experiencia que surgió de forma espontánea, no hubo un planeamiento de negocio previo, simplemente puse en marcha mi pasión”, aseguró Belén Richards Donnelly al recordar cómo comenzó The Asado Experience, la experiencia gastronómica premium para extranjeros que hoy recibe visitantes de todo el mundo en una casona familiar de Belgrano R.
The Asado Experience: transmitir la cultura argentina al mundo
Desde hace seis años, Belén abre las puertas de su casa a viajeros de distintos países. Allí, enseñan a preparar un típico asado argentino durante tres horas. “La experiencia no se trata solo de comer sino de poder conectarnos entre diferentes culturas. Si hay un ritual que genera esa conexión genuina es el asado.” afirmó la empresaria.
Su vínculo con la parrilla nació mucho antes, cuando tenía 20 años. “Siempre me gustó hacer asados. Me acuerdo que aprendí de un exnovio, que era fanático del asado, hacíamos hasta entre semana. Me enseñó a elegir los cortes, a encender el fuego. Así empecé”, comentó Richards.
Con el tiempo, esa práctica se volvió costumbre: organizaba encuentros con sus amigas donde ella se encargaba de todo. “Compraba la carne, prendía el fuego y hacía todo el asado. Lo disfruté muchísimo”, recordó. Aquel entusiasmo inicial, sin pretensiones, sería la chispa que años más tarde encendería un proyecto con alcance internacional.
Antes de fundar The Asado Experience, Belén atravesó un largo camino profesional en el mundo de las comunicaciones. Estudió en la Universidad Austral y trabajó en varias multinacionales hasta llegar a Apple, en Irlanda, donde trabajó casi dos años. “Allá fue mi primer contacto con culturas distintas. Almorzaba con un ruso y al otro día charlaba con mi amiga polaca. Me reunía con japoneses y a la tarde compartía una capacitación con australianos y franceses. Así de multicultural era mi trabajo en Irlanda. Aprendía de sus costumbres, de sus países y de sus tradiciones. Todo eso me fascinó”, compartió la emprendedora. Y aunque disfrutaba de ese mundo diverso, también extrañaba profundamente sus raíces: “La carne en Europa no es lo mismo. Cuando vivía en Irlanda me cocinaba mis bifes pero la cultura del asado no existe allá, extrañaba todo eso”, aseguró.
Cuando la vida detuvo el tiempo y surgió una idea
A finales de 2017, la vida de Belén Richards Donnelly dio un giro inesperado: le diagnosticaron cáncer de mama. “El 21 de diciembre me operaron, y me dijeron que el ganglio centinela estaba también tomado, eso significaba que quizás el cáncer ya se había esparcido. No iba a poder seguir trabajando por un tiempo”, recordó.
Durante 2018 atravesó un tratamiento intensivo de ocho meses, entre 16 sesiones de quimioterapia y 35 sesiones de radioterapia. “Fue un período muy duro. Perdí el pelo, las cejas, las pestañas, y tuve muchos efectos secundarios. Estaba muy débil y en pausa laboral. Lo que más extrañaba no era el trabajo en sí, sino sentirme bien y volver a tener una vida social”, admitió Belén.
En medio de ese tiempo de estudios médicos y varias horas en el hospital, mientras recibía quimioterapia y miraba Instagram, apareció una publicación de Airbnb sobre su nueva unidad de negocios llamada “Airbnb Experiences”.
Airbnb estaba buscando Anfitriones de Experiencias. Anfitriones que tuvieran una idea que ofrecer a turistas, una actividad mientras visitaban la ciudad (Hasta ese momento Airbnb ofrecía solamente alojamientos, esto se trataba de algo nuevo). “Estaba con la medicación de quimioterapia en un brazo y en el otro el celular, viendo esa publicidad. No dormía bien, me levantaba a las tres de la mañana”, comentó Belén. En otra ocasión, en medio del insomnio, como una especie de alucinación, se le vino a la cabeza la idea completa: The Asado Experience, relató Richards con emoción.
Para Belén, aquel momento fue una conjunción de todo lo vivido: la pasión por el asado desde joven, su experiencia internacional en Irlanda, la fuerza para enfrentar la enfermedad y el deseo profundo de crear algo que le devolviera la alegría y el sentido.