Cómo recuperar los tambos
El INTA de Rafaela formuló una serie de recomendaciones para pelearle a las inundaciones, minimizando el daño en los tambos. La cuestión es encerrar las lecheras y combinar bien los forrajes.
Durante la inundación es poco lo que se puede hacer, y lo que se puede hacer es lo que se está haciendo. La cuestión es cómo evitar lo más posible las pérdidas cuando se va el agua y poder pasar los próximos meses.
Los profesionales del INTA Rafaela generaron esta información básica sobre sanidad, reproducción, nutrición y forrajes para los productores tamberos de las zonas anegadas.
En sanidad, lo primordial es controlar la mastitis. La mastitis es el resultado de la interacción entre la vaca, el ambiente y los microorganismos. Y en épocas húmedas y lluviosas es cuando más hay que extremar las medidas de control y por eso se recomienda:
-Limpiar los pezones con la menor cantidad de agua posible.
-Sellar cuidadosamente los pezones (si es un producto a base de yodo, usar 5000 ppm.)
-Evitar llevar a las vacas a potreros con barro y agua después del ordeño.
-Realizar los tratamientos con antibióticos de vacas secas
-Mantener las vacas secas y vaquillonas en un entorno lo más limpio posible, sobre todo durante las dos semanas anteriores a la parición.
-Ante un aumento explosivo de células somáticas, consultar urgentemente al veterinario.
En cuanto a la reproducción, entramos en una temporada clave para lograr la preñez. Bajo circunstancias de anegamiento, la condición corporal de las vacas y, en consecuencia, la reproducción son, además de la producción, las situaciones que más se resienten. Por eso, hay que prestar especial atención al mantenimiento de un buen estado corporal en el pre parto y parto. Frente a una falta o reducción de suplementación, aprovechar los servicios de los primeros celos posparto. Si las vaquillonas de reposición están en buen estado, priorizar esos servicios.
Si utiliza servicio natural, evitar el desgaste y las lesiones del toro, que son las alteraciones más frecuentes en estas circunstancias. Si es posible, implementar el servicio a corral.
En nutrición, las pasturas base alfalfa, no sólo han comenzado a declinar aceleradamente su tasa de crecimiento, sino que el "stand" de plantas en los potreros ha disminuído en forma significativa. Frente a esta situación, los patrones de alimentación de las vacas deben cambiar rápidamente para evitar que la sub-nutrición domine el panorama actual y se produzcan los indeseables "efectos residuales negativos" el resto del año. Las estrategias coyunturales de alimentación deben orientarse hacia sistemas de alimentación de tipo "estabulados". La formulación de estas dietas debe realizarse teniendo en cuenta que la fuente de forraje voluminoso a utilizar es de fundamental importancia y que sobre ella se debe planificar la suplementación con concentrados. Si el principal volumen lo representan los silajes (de maíz o de sorgos) o la combinación de éstos con verdeos (avena/trigo), es fundamental la corrección del déficit de proteína. Se pueden utilizar combinaciones de expellers de oleaginosas (girasol, soja, maní), con subproductos (sojilla, afrechillo de trigo, gluten meal; hez de malta, semilla de algodón), o incluso, poroto de soja.
Cuando la base forrajera principal son los henos de alfalfa, los silajes de pasturas, o los verdeos en pastoreo, la prioridad en la suplementación la tienen los alimentos energéticos, por ejemplo los granos clásicos de maíz, sorgo, trigo, cebada, que son fuentes excelentes de almidón. Se debe considerar que la relación grano a leche es actualmente muy ventajosa.