Vacas sagradas y tránsito único: las particularidades del país que más leche produce en el mundo

Allá lejos, del otro lado del planeta, hay un país que lidera la producción mundial de leche, que se tecnifica y que se abre al mundo para mostrar todo su potencial: así es un viaje a la India

Vacas sagradas y tránsito único: las particularidades del país que más leche produce en el mundo
20deOctubrede2022a las11:45

No es un destino turístico usual, no es sencillo ni económico llegar hasta ahí, pero realmente vale la pena vivir la experiencia que ofrece un país alegre, lleno de aromas, de sabores, pero sobre todo de colores.

Organizar un viaje a la India demanda cierto tiempo y fue el Congreso Mundial de la Federación Internacional de la Leche el que abrió una oportunidad única.

La manera más ágil de llegar desde Ezeiza es a través de Etiopía, en Africa, o algún vuelo con escala en Europa. Las otras alternativas están dadas por Turquía, por Dubai, e incluso Qatar. La forma más extensa es por Estados Unidos, ya que además de alguna escala larga en ese país, requerirá alguna más en el viejo continente, o por dos ciudades en el país del norte.

Superado el punto más complejo, se emprende el viaje.

 

Sin simpatías, en migraciones nos otorgaron el ingreso por el plazo que anticipaba la visa conseguida. Y del aeropuerto al hotel nos esperaba el primer impacto con una de las situaciones más llamativas de la vida hindú, el tránsito.

El tránsito de la India y las vacas sagradas

De día rápidamente se ve algo único en el mundo: los camiones, todos, tienen una leyenda en su tapa trasera que dice “toque bocina”, entonces comenzará a pedir explicaciones sobre la vida cotidiana. 

Con autopistas impecables, para poder pasar a un camión o vehículo de gran porte deberá tocar bocina para anunciar que por algún lado va a hacer la maniobra, porque parece que nadie se hace cargo de la conciencia circular de cada vehículo.

Con los volantes la derecha, al estilo inglés, no hay demasiadas reglas sobre carriles lentos o rápidos. Verá como en nuestro país circular motos con más de dos ocupantes, muchos sin casco, pero no sólo en la dirección del tránsito, sino a contramano.

También pasará con algunas bicicletas, pero lo más llamativo es ver a personas caminando por autopistas o avenidas, aunque haya veredas disponibles, e incluso se podrá apreciar como esas personas se suben a colectivos que frenan en el medio de la calzada para cargarlos y seguir su rumbo.

Doblar en “U” puede ser una conducta habitual, pero no más que la acción constante de la bocina, que llega a un punto de ensordecer cualquier pensamiento.

“Para manejar en India hay que tener tres cosas: buena conducción, buenos frenos y buena suerte”, cuenta un lugareño. Así de simple es el resumen, sobre todo para quienes manejan taxis o vehículos profesionales que deben rendir anualmente para renovar su registro.

Más allá de eso, es un país donde hay mucha seguridad, porque en cada ingreso a un hotel o edificio de importancia hay detectores de metales y personal para tal fin.

No se ve mucha policía en la calle, pero tampoco hay sensaciones de inseguridad como podemos vivir en nuestra región.

La diferencia horaria de ocho horas y media hace que sea necesaria mucha adaptación para comunicarse con estas latitudes, lo mejor es disponer de un reloj que lo remita directamente a este uso horario argentino.

Claro que uno puede sorprenderse constantemente con las vacas caminando por la calle, haciendo su voluntad nos demuestra la interacción de la naturaleza con la modernidad, con un respeto absoluto de un animal que representa a las madres, que es sagrado y aceptado. Nadie puede dañar a los bovinos por convicción y por legalidad, ya que herir o matar a una vaca puede representar una condena penal asimiliable a la de alterar el ciclo vital de las personas.

La comida, toda picante

Ya desde en avión hay que empezar a preparar nuestro paladar, que esta acostumbrado a la cocina italiana, la francesa, e incluso la española, de platos simples, de sabores claros y delicados, a una oferta siempre especiada y picante. El famoso “pollo o pasta” a 12 mil metros de altura llegó con el primer impacto de intensidad, sólo como un anticipo de lo que los días en India depararán a la hora de cualquier comida.