Las vacas ganan terreno en los valles de altura

En Jujuy los bovinos están preparados para moverse en pastizales que alcanzan hasta 3.500 metros sobre el nivel del mar. El INTA junto con productores incorporaron tecnología en las instalaciones ganaderas.

06deAbrilde2018a las08:44

Con apoyo del INTA, las 44 familias de la comunidad aborigen de Varas, en la quebrada jujeña, lograron reducir toda una jornada de trabajo a apenas una hora y media. En el mismo proceso, además, obtuvieron mayor eficiencia productiva y mejoraron la sanidad de los rodeos. La clave del logro: un proyecto que se propuso optimizar las instalaciones ganaderas.

Desde tiempos inmemorables, el sistema productivo en los valles de altura de Salta y Jujuy está direccionado hacia lo caprino y lo ovino. Sin embargo, desde hace más de una década, el aumento sostenido de la ganadería vacuna, la posiciona en otro lugar de importancia. Así, se abrió camino como una posibilidad concreta de mejora económica para los productores y de desarrollo territorial y social para todos los habitantes.

En la localidad jujeña de Varas, al noreste del departamento Humahuaca y en el límite con Salta, se afianza un crecimiento sostenido en la producción vacuna, empujado por el esfuerzo de los campesinos y por la mejora tecnológica, por ejemplo, en las instalaciones productivas.

“La creación de nuevas instalaciones ganaderas comunitarias les brindará a los productores el acceso a una manga, antes impensado”, dijo Laura Califano, jefa del INTA Humahuaca –Jujuy–. “Esto facilita la vacunación, el desparasitado de los animales y el control general del rodeo, dejando atrás técnicas artesanales de enlazado que dificultan y demoran las tareas”, contó.

De acuerdo con la extensionista, la estrategia contempla la asistencia para la construcción de mangas en otros puntos geográficos de la zona, que posean accesos directos a los vehículos para que se facilite la comercialización y el traslado del ganado en pie.

Esta experiencia surgió en el año 2015. Entonces, un grupo de campesinos, integrantes de una comunidad aborigen de 44 familias de Varas, plantearon al INTA y al municipio de Humahuaca la necesidad de mejorar las condiciones generales de tratamiento y control sanitario de sus animales. El objetivo era claro: dar un paso hacia adelante en la producción y la comercialización.

Tomando como base otras técnicas implementadas en el departamento de Iruya, en la vecina provincia de Salta, surgieron nuevas instalaciones para los corrales que reemplazan a las tradicionales –elaboradas con pircas de piedra– que, al final del día, ralentizan todos los tratamientos sanitarios obligatorios y de rutina. La nueva infraestructura comunitaria, instaladas por técnicos de la Agencia de Extensión Rural del INTA en Humahuaca, tratan a 40 animales en una 1 hora y 20 minutos, un trabajo que de forma artesanal demanda una jornada completa.

“Este trabajo requería de la contratación de tres ‘pialadores’ y, en el caso de que un animal se lesionara en la tarea, implicaba muchas veces su sacrificio”, contó la jefa de la agencia.