Cómo minimizar pérdidas en silajes
El mal manejo durante el almacenamiento, la extracción y el suministro afectan la calidad, con fuerte impacto sobre la productividad bovina. Advierten que se deteriora más del 20% de lo cosechado.
Confección de silo aéreo, en Estados Unidos.
“En el país se pierde al menos un 20% de lo que se cosecha para silaje, a pesar de que las prácticas para minimizar esta problemática están al alcance de los productores”, afirmó el Ing. en Prod. Agr. Fernando Opacak, Coordinador de la Cámara de Contratistas Forrajeros durante el Congreso de Conservación de Forrajes y Nutrición. Y advirtió que “muchas veces no se identifica la causa por la que un animal engorda un kilo por día, en lugar de un kilo y medio, cuando una de ellas puede ser la pérdida de calidad del silo”.
¿Por qué se deteriora? El ensilado es un método de conservación basado en la acidificación del material a través de la fermentación. “Cuando terminamos de picar un maíz, por ejemplo, el forraje todavía sigue vivo, es decir, sigue respirando. Luego de la compactación, comienza la fermentación; primero por bacterias aeróbicas que bajan el pH a 5 y luego por anaeróbicas, que se activan en ausencia de oxígeno, y llevan el pH a 3,2, que es el de estabilización”, explicó. Este ambiente impide otras fermentaciones indeseables que pueden causar pérdidas de nutrientes, compuestos tóxicos y olores desagradables, con disminución del consumo voluntario e impacto en la productividad. “Entonces, el principal peligro para conservar el silo es el oxígeno”, remarcó Opacak.
El abc de la calidad
En la Argentina, la mayoría de los silos aéreos no se tapan, ya sea por cuestiones económicas o por la idiosincrasia del productor. “En ningún lugar del mundo se ven silos destapados. Los argumentos que se escuchan aquí es que el plástico es caro, que no saben cómo hacerlo y que no encuentran gente idónea para la tarea. O no los tapan porque piensan que esto no ocasiona problemas, a pesar de que la diferencia es indiscutible”, subrayó.
El principal perjuicio cuando el silo queda expuesto al aire y a la lluvia es la pérdida de calidad de las capas superiores. “Ese material deteriorado y hasta contaminado con tóxicos casi siempre va a parar al comedero”, aseveró.
En algunos países, por ejemplo en EE.UU, cuando el contratista termina de pisar el silo aéreo, llega el que brinda el servicio de tapado. “Es una cuadrilla especializada, por ahí van 20 personas con grúas. Aquí, algunos contratistas lo ofrecen, pero en la mayoría de los casos el productor queda a cargo de la tarea. Quizás es una carencia que en algún momento habrá que cubrir. Porque hoy en día el ganadero quiere todo llave en mano, sin tener que preocuparse por el tapado”, reflexionó. Y propuso: “por lo pronto, una solución sería que varios productores de la zona armen una cuadrilla, no es algo tan difícil”.