Cómo vive el agrónomo argentino que se radicó en Estados Unidos
Joaquín Oliverio cuenta las nuevas tecnologías para el campo que podrían llegar a la Argentina; "El Estado y la gente le tiene mucho respeto al productor", destaca
"El Estado y la población en general tienen un respeto impresionante al productor, el tema de la comunicación de lo que hace el productor es increíble por parte de las empresas comercializadoras de productos agrícolas", cuenta el ingeniero agrónomo Joaquín Oliverio, que se radicó hace unos siete años en Little Rock, Arkansas, Estados Unidos.
En diálogo con el programa radial Valor Agregado, Olverio agrega: "Estamos muy cómodos, con ganas de volver de visita porque hace 3 años que no vamos". Al mismo tiempo, destaca: "Se consigue todo, menos la tira de asado y el matambre".
El agrónomo destaca que el productor argentino (que puede acceder) tiene un muy buen nivel de tecnología, con sembradoras de aplicación variable y aplicaciones selectivas: "Lo que veo es que en Estados Unidos hay una gama de nuevas tecnologías que ya se están probando masivamente en los campos, que pronto se van a comenzar a expandir. Hay que ver si el productor argentino lo va a poder pagar", añade.
Estas nuevas tecnologías incluyen imágenes satelitales con mayor definición, "a ultraescala". También se incorpora robótica en muchas empresas para bajar la necesidad de personas: "El recurso humano es complicado de conseguir, tanto en Estados Unidos como en Argentina".
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Oliverio también cuenta que se están empezando a ver drones con aplicaciones de herbicidas y hasta siembras aéreas a través de estos equipos.
Sobre las pulverizaciones señala que no hay el problemas "con los vecinos", que no existe el temor a las aplicaciones que se evidencia en la Argentina: "En estados como Arkansas, Luisiana y Misisipi el 80 y 85% de los barbechos se hacen con avión. No aplica sobre la casa, pero se aplica normalmente. No veo que haya problemas donde la gente se queje". Si existe hace algunos años un control más estricto con deriva de productos, sobre todo por el Dicamba.
"El productor tiene libertad de qué cultivo sembrar y cómo hacerlo, pero el farmer es muy maicero, es un tema cultural. Después hay muchos subsidios y ayudas del Gobierno. El productor se vuelca a un cultivo u otro dependiendo a cómo está el mercado y a qué subsidio recibe", destaca.
Algunas de las ayudas del Estado tienen que ver con las prácticas de conservación: "Los ayudan si hacen siembra directa. Varía en función del estado y del condado".
En Estados Unidos, la mayoría de la producción se hace sin contratistas: "Tienen maquinaria propia y hay zonas del país en donde las superficies son más grandes y aparece la figura del contratista. Para adquirir esa maquinaria es simple: piden un crédito en el banco para incorporar herramientas para trabajar".
Olverio se refirió al cierre de exportaciones y manifestó: "Es una pena, es una película que vimos varias veces. Miremos a Estados Unidos, las principales exportaciones van a China, Canadá y México. Si vas a Argentina China es fundamental, pero sería importante poder exportar más a todos los países limítrofes". "En Estados Unidos la gran mayoría de las personas no tienen en cuenta lo que pasa en Argentina", agrega y cuenta que allá un kilo de carne cuesta entre US$ 22 y US$ 30 el kilo.
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Experiencia completa del agrónomo argentino
Sobre finales de 2020, también contó su experiencia a AgroPro, en diálogo con Ignacio Eguren (Ceo & Fundador) A cotinuación, la entrevista completa:
I.E. Joaquín, ¿Dónde estás viviendo ahora?
J.O. Estoy en Arkansas, hace 6 años que vivo acá.
I.E. ¿Por qué te fuiste? ¿Qué tal es Arkansas?
J.O. La historia es graciosa. Jamás hubiese pensado que me iba a ir de Argentina a trabajar a otro país. Siempre me encantó la parte productiva en Argentina. Hace 6 años, un amigo estaba viviendo en Arkansas hace un año y quería armar un grupo de ingenieros que manejen los campos acá, con empleados americanos, pero que las cabezas técnicas sean argentinas. Era una superficie de unas 13.000/15.000 ha y trajo a 3 argentinos. Yo ya estaba casado hace un tiempo, mis hijos eran chicos y creo que fue el momento justo para venir. La más grande tenía 2 años y medio y el varón 6 meses. Nos miramos con mi mujer y dijimos: nos vamos. Era una época de inflexión en Argentina, con todas las superficies que estaba manejando en ese momento. En el año 2013, el 90% de las superficies que manejaba eran sobre campo alquilado. El 85% de los contratos de alquiler se vencían ese año, al final de la campaña 2013. En julio me llamó mi amigo para preguntarme si me vendría a vivir acá y le dije que sí. Obviamente lo pensé un tiempo pero le dije que sí. En octubre me junté con el dueño de la empresa en Buenos Aires y en enero ya estaba acá.
I.E. ¿Cómo es Arkansas? ¿Qué tan grande es? ¿Dónde vivís?
J.O. Vivo en la capital de Arkansas. Cuando me dijeron que tenía que venir a Arkansas, tuve que salir a buscar un mapa para ver dónde estaba. Conocía Chicago, la zona maicera y todo lo que conocen la gran mayoría de las personas. Había venido a Estados Unidos pero no a estos lugares. Está en el centro-sur del país. Es el anteúltimo de los estados del centro del país. Debajo de Arkansas está Louisiana y hacia el norte están todos los estados del cinturón maicero. La ciudad en la que vivo es Little Rock. Para lo que es Estados Unidos, es una ciudad chica. Tiene un poquito menos de 200.000 habitantes. Es muy amplio, como es todo acá.
I.E. ¿La ciudad es tranquila? ¿Es segura?
J.O. La verdad que es muy tranquilo. Todos los estados del sur: Arkansas, Louisiana, Mississippi, Alabama, son los estados más pobres del país. Hay un gran nivel de pobreza pero la calidad de vida es muy buena para las personas de clase media. El costo de vida es muy barato. No hay muchas cosas para hacer, en el sentido de salir y gastar plata en Disney, por ejemplo. Acá no hay centros grandes de entretenimiento. Cada estado en el país tiene su apodo y el de Arkansas es “el estado natural”. La parte productiva está contra el Río Mississippi, que es el límite Este del estado. Little Rock está en el centro. Hacia el norte y hacia el oeste es todo monte y reserva natural. Está lleno de ríos, me hace acordar mucho a Bariloche. Little Rock tiene un lago muy grande, montañas, mucho pino. Es muy lindo. Es soñado.
I.E Cuando estaban armando la empresa allá, ¿Por qué buscaban “cabezas” argentinas? ¿Qué estabas haciendo acá?
J.O. Yo soy ingeniero agrónomo; me recibí en el 2004. Trabajé un año bajo relación de dependencia en Adecco. Hice muchas pasantías en el verano mientras estudiaba. Cuando me recibí trabajé cerca de Villegas. Después de un año, me abrí solo con mi hermano Francisco, que también es ingeniero agrónomo y nos pusimos a manejar 4 campos grandes en todo lo que era Sur de Córdoba y Norte de La Pampa. Estuvimos trabajando 4 años juntos y después con un poco de experiencia empezamos a buscar más clientes por separado. En el año 2013 manejaba 10.000 ha de producción para 4 clientes diferentes. Vivía en Pehuajó y hacía todo lo que era la dirección técnica del cultivo. Hacía de todo un poco.
I.E. ¿Quizás por eso te buscaban allá, no?
J.O. Es que el famoso “comodín” que somos la mayoría de los argentinos, es difícil de encontrar. Acá cada uno se queda con lo que le toca de su trabajo y no se mete en el área del otro. Allá en Argentina, por un tema de estructura, no tenés una persona para cada cosa. Uno tiene que tratar de hacer un poco de todo para que todo funcione. Cuando llegas a un país ordenado como es Estados Unidos, es una ventaja enorme. Por eso yo creo que la gran mayoría de las personas que vienen a probar suerte tanto acá como en otros países, y que tienen ganas de trabajar y hacer las cosas bien, tienen tanta suerte, les va bien. No era una empresa que estaba arrancando, sino que ya estaba en producción acá. Era una empresa americana con dueños argentinos. Habían crecido bastante, no les había ido muy bien con la gente que les estaba manejando los campos. Entonces decidieron probar trayendo gente argentina porque se sentían seguramente un poco más cómodos. Nos fuimos 4 ingenieros agrónomos. Por un tiempo en Little Rock éramos 5 familias de argentinos. Hoy estoy solo acá.
I.E. ¿Qué fue lo que más te impactó? ¿Cómo fueron esos primeros meses para acostumbrarse al cambio? ¿Hablas bien inglés?
J.O. Por suerte en el colegio había aprendido inglés bastante bien. Igual la tonada del sur es muy difícil. Al principio trataba de no hablar por teléfono. Cuando tenía conversaciones cara a cara era más fácil. Si veía que no me entendían, trataba de buscar otra explicación. El teléfono era lo peor. Que dejen mensaje en el contestador y después escucharlo 7 u 8 veces para tratar de entender qué era lo que me querían decir. El tema del lenguaje es cuestión de acostumbrarse. Lo que más me llamó la atención es la forma de producción en los estados del sur. Yo no estaba acostumbrado. Es totalmente diferente a lo que era la zona donde yo trabajaba; el oeste. Allá hay suelos de 85% de arena y acá son todos suelos vertisoles impresionantes que están todos nivelados a precisión, casi nivel 0. Lo que es manejo de cultivos era más o menos similar, como es en cualquier lado. Acostumbrarse a que las siembras de soja en vez de ser en octubre-noviembre, se hacen en abril-mayo-junio.
I.E. ¿Trabajaban sobre campos alquilados o propios?
J.O. Había parte sobre campo propio y parte sobre campo alquilado. Los 2 campos que a mi me había tocado atender, que eran uno en Louisiana y otro en el este de Arkansas, eran campos alquilados. Otro de los temas más importantes y que costó más tiempo fue el tema de la relación con el americano. No es que trajimos un batallón de gente argentina para operar los campos, sino que éramos nosotros nomás, trabajando a la par con americanos. No les gusta que venga alguien y les diga lo que tienen que hacer y menos un extranjero. Eso costó bastante. La verdad que productivamente nos fue muy bien.
I.E. ¿Cómo estaban organizados? ¿Tenían maquinaria propia? La figura del contratista, ¿tiene importancia o hay muy pocos contratistas?
J.O. En general, en Estados Unidos, hay muy pocos contratistas. Se empiezan a ver más en los estados del centro, como Kansas, Oklahoma, Dakota, en los estados grandes. Todo lo que es el cinturón maicero. Acá prácticamente el contratista no existe. La empresa en la que trabajaba en su momento utilizaba maquinaria propia y el único campo que hacíamos con contratista era uno de los campos que atendía yo; el campo de Louisiana. Era un farmer grande que tenía mucha maquinaria. Acá en el delta son todos campos desarrollados con riego, entonces tenés que entender cómo funciona el campo y cómo está diseñado para poder ser eficiente a la hora de regar. Una bomba quizás está conectada a 7 lugares distintos y entonces vos tenés que saber cómo están las cañerías abajo, cuántos de esos lugares podés tener abiertos para no perder caudal y esas cosas. Es un poco complejo y la verdad que era un beneficio enorme tener esta persona para que nos haga las labores y nos maneje el riego.
I.E. ¿En qué piensa el farmer? ¿Qué es lo que le preocupa? Acá nos preocupan las lluvias, qué pasa con los precios, si va a haber retenciones. Estamos pensando si nos conviene pesificar, hacer canje o pagar con tarjeta. Tenemos un montón de cosas en la cabeza y además está lo productivo. Allá, cuando arranca la campaña ¿en qué está pensando el farmer? ¿En qué se focaliza?
J.O. Tengo varios amigos farmers y la verdad que no los veo preocupados en absolutamente nada. Este año puntualmente porque es un año de elecciones. La gran mayoría no quieren que ganen los demócratas. En este último tiempo la única preocupación de ellos era el tema de precios, debido a la Guerra comercial con China. Este tema ya lleva bastante tiempo y los tiene molestos. El productor de acá es una persona que recibe subsidios por parte del Estado. Ellos preferirían no recibir subsidios, preferirían que el precio flote y que no les estén “manoseando” los mercados. Esos mercados, por el tema de la guerra comercial, no están totalmente normales y la verdad que ya lleva mucho tiempo y eso los tiene bastante preocupados. Más siendo un año de elecciones. Productivamente no hay preocupaciones. Los contratos de alquiler pueden llegar a generar algún que otro problema pero generalmente no hay mucho cambio de campos. Una vez que un productor se mete en un campo, es difícil que lo reemplacen, a no ser que haga mal las cosas. De vez en cuando se hacen algunos ajustes de alquileres pero el productor normal promedio vive con muy poco estrés.
I.E. ¿Qué cultivos manejan normalmente? Soja, maíz…
J.O. Acá el trigo se hacía bastante. Ahora se hace muy poca superficie en Arkansas. Los principales cultivos son: soja y arroz. Arkansas es el estado número uno en producción de arroz largo. Siembra 1.3000.000 acres, dividido 2.5 para hablar de hectáreas. Prácticamente todo el arroz se hace acá. Se hace maíz, algodón, algo de maní. La mayor parte del maní se produce en los estados de Georgia y Texas y también uno poco en las Carolina´s. Se está empezando en Arkansas y creo que eso va a pegar bastante fuerte.