Carne, madera y bonos: la estrategia de un joven productor santafesino para ser sustentable y salir ganando
Hace años que se dedica a la ganadería regenerativa e invita a productores a sumarse por sus beneficios ambientales y económicos
“La producción tiene que ser sostenible porque si no tenemos límite de caducidad”, son las palabras de Juan Ignacio Capomaggi (30), ingeniero agrónomo y productor rosarino. Representa a una de las muchas voces de las nuevas generaciones, que no quieren reemplazar todo lo hecho sino complementarlo con nuevas formas de producir que sean beneficiosas para el ambiente a largo plazo.
Juan Ignacio viene de familia rural, su padre y su abuelo son oriundos de Carcarañá y tienen un campo de 120 hectáreas en Correa, una localidad vecina: “Lo compró mi familia en 1975, en ese momento era completamente frutal. Por el boom de la agricultura en los 90 se tiraron abajo todos los árboles y se dedicaron a los cultivos tradicionales, luego se empezó a combinar con la ganadería con la modalidad feedlot”.
Caso de ganadería regenerativa en Santa Fe
Cuando se recibió de agrónomo se especializó en agroecología, en particular en ganadería regenerativa: “Consiste en un manejo del animal, la pastura y de los árboles para regenerar ambientes produciendo. Lo estudié con un productor de Roldán. Me llamó mucho la atención que un campo que era ganadero y se había hecho agrícola por cuestiones económicas, este productor lo volvió nuevamente ganadero pero de modo agroecológico. Planteaba que mediante la ganadería se podía capturar carbono y regenerar ambientes”.
Esta experiencia lo marcó para pensar en aplicar eso a su propia unidad de producción: “En ese momento hacíamos mucho encierre de animales y les dábamos de comer maíz. En el feedlot el animal no camina mucho, siempre sobre el mismo lote, entonces pisotea, el pasto no crece, viven sobre sus desechos, hay más enfermedades, el animal emana muchos gases y contamina mucho. Empecé a modificarlo, a copiar lo que había estudiado con el productor”, aseguró en diálogo con Agrofy News.
Unos años antes había comenzado a trabajar en otro proyecto de producción silvopastoril que le permitía combinarla con la ganadería: “Como el periurbano había crecido mucho, comencé a producir madera de distintos árboles en la parte más cercana al pueblo. Empecé a complementar actividades donde el animal comía entre los árboles. Producís madera y a su vez el pasto que crece debajo de los árboles se lo das de comer al animal. Lo que quería hacer era imitar el modo de alimentación de los herbívoros en la prehistoria. Al estar rodeados de carnívoros la manada se movía rápido, comía todo lo que había, no seleccionaba, entonces perduraban las especies nativas”, expresó.
Actualmente en ganadería regenerativa tienen 30 hectáreas y 95 animales: “En un año normal alimentamos a pasto desde 180 kg a 370 kg en 11 meses aprox. El año pasado que hubo sequía le dimos un 1,3 % de maíz para terminarlos”, contó.
El agrónomo resaltó los beneficios de la carne de pastoreo: “Tiene menos antibióticos, fija la vitamina B12, fija OMEGA 3” y contó que como a la vista es una carne mucho más oscura, tiene una grasa más amarilla, hoy en día casi no se comercializa en Argentina: “Vas a la carnicería y querés carne roja con grasa blanca. En EEUU el grass fit tiene un precio diferencial y la gente lo paga, acá no”.
“Si hablamos de números, te conviene tener las vacas encerradas, darles maíz. En un feedlot podés tener hasta el triple de vacas por hectárea que en pastoreo. A mi me gusta ver al animal moviéndose en el pasto, entre los árboles, pierdo liquidez de dinero pero invierto en el futuro del suelo”, agregó.