Casi quiebran y conocieron una alternativa que les "voló la cabeza”: ahora recorren el mundo contando su negocio enfocado en la carne

El Mate recibe todos los años entre 500 y 600 personas de distintos países que se acercan para conocer la forma en que producen

Casi quiebran y conocieron una alternativa que les "voló la cabeza”: ahora recorren el mundo contando su negocio enfocado en la carne
19deEnerode2023a las07:48

Bruno Vasquetto (30) es propietario de El Mate, una empresa familiar ubicada en Adelia María, al sur de Córdoba, a 100 km de Río Cuarto. Se sumó al proyecto en 2013, luego de que una crisis financiera los hiciera cambiar de rumbo: pasaron de la agricultura tradicional a la ganadería regenerativa.

“Hacemos producciones sostenibles, donde el principal negocio es producir novillo de exportación, novillo pesado. También producimos ovinos y aves. En los últimos años viene surgiendo mucho la demanda de toda esta metodología, hay muchísimos productores, entonces hemos tenido la suerte de poder capacitar a mucha gente en distintos lugares de Argentina y Latinoamérica”, comenzó diciendo el productor en entrevista con Agrofy News. 

Bruno Vasquetto: academia y autoaprendizaje

Bruno es ingeniero agrónomo, pero según cuenta, la mayoría de lo que hace y comparte es producto de un proceso de autoaprendizaje, de “prueba y error”. “La Agronomía tradicional si bien me dio una base, no está enfocada en esto. Tuvimos que formarnos por fuera, conociendo experiencias”, explicó y destacó que por suerte esto está cambiando en los últimos años gracias a la demanda de los mismos estudiantes y de a poco, los temas de sostenibilidad se van metiendo en la currícula de las universidades.

“Hoy en día hay muchos cursos y bibliografía. Todavía falta que no sea algo suelto, como una alternativa sino que sea algo más integral y que desde el inicio de la carrera se empiecen a enseñar herramientas para el que está interesado en seguir esta metodología de trabajo”, agregó. 

Ganadería regenerativa: un modelo que imita la naturaleza

Hoy más del 90 % del área bajo pastoreo en Argentina se realiza con un método extensivo y continuo. Son grandes superficies donde los animales están sueltos todo el año y comiendo en el mismo lugar. Según explicó el agrónomo, eso genera muchos problemas: “Primero una gran compactación e impacto de las pezuñas de los herbívoros sobre el suelo, además los animales van seleccionando siempre comer las especies que a ellos más les gustan y van dejando las que no y se genera una selección negativa. Todas las plantas que van quedando son las de menor calidad. Con los años si eso persiste puede llegar a agravarse a tal punto que se termina degradando el suelo, descubriendo y siendo casi un desierto”.

La ganadería regenerativa busca revertir eso. En palabras simples, Bruno cuenta que esta técnica consiste en imitar a la naturaleza: “Cuando uno empieza a estudiar cómo las grandes manadas de herbívoros se comportan, son grupos que se van moviendo permanentemente hacia un lugar nuevo y pastoreando pasto fresco. Las grandes manadas de guanacos o ciervos en Argentina, por ejemplo, se comportaban así, escapando a depredadores. De esta manera, el suelo descansaba y se recuperaba. Eso mismo hoy buscamos hacer con animales domésticos y con el alambre eléctrico. Cabras, ovejas, bovinos, pastoreando por un momento muy corto y moviéndose permanentemente. Se cambian hasta 4 o 5 veces por día”, detalló el ingeniero. 

Esto se puede practicar a cualquier tipo de escala. En  el caso de El Mate, son 350 hectáreas donde se practica con ovejas y vacunos: “Tenemos parcelas que están hechas de alambre, algunas fijas, otras móviles y a través de ese hilo eléctrico permite llevar a los animales, guiarlos y conducirlos. Se levanta el alambre y los animales pasan, se consume ese pasto y se vuelve a levantar, permanentemente”. 

Misión: captura de carbono

La rotación de animales se practica con distintas intensidades: algunos los cambian varias veces por día, otros una vez al día o cada dos o tres días. “Lo importante es moverlos, respetar ese efecto de la manada. Eso desencadena muchos procesos en el suelo, donde el más importante es mejorar el ciclo del agua y la captura de carbono de la atmósfera hacia el suelo a través del forraje”, destacó Bruno. 

Según destaca, esta forma de producir es una de las grandes soluciones al tema del carbono: “Cuando uno maneja de esta forma las prácticas de pradera, está continuamente estimulando la producción de biomasa, ese pasto que uno pastorea y crece, lo que absorbe en forma de dióxido de carbono es muy superior a lo que pueden llegar a emitir los animales”.